El discurso de declaración de independencia (DUI) de Puigdemont fue un clásico del manipulador emocional:
- Prejuicios: Un relato de una supuesta humillación al pueblo catalán. Excusándose con victimismo a la vez que proyecta culpabilidad y lástima sobre quien se opone, sobre quien es su victima en realidad.
- Confusión: DUI sí y a la vez no. El manipulador siempre intenta enturbiar el tablero de juego. La duda genera inseguridad y dificulta la utilización de la razón, potenciando que el tratamiento sea emocional.
- Provocación: Con un punto de ilegalidad que busca realimentar el conflicto sin cerrarlo, la secuencia de acción reacción en que se basa su Procés.
Es decir, estimular indignación, confusión, inseguridad y revancha... y todo con un tono sosegado que intenta enmascarar la violencia que contiene. El doble mensaje típico del manipulador:
– mensaje emocional: victimismo, culpa, pena, confusión, provocación, amenaza.
– mensaje formal: queremos diálogo, buena relación.
La historia de siempre. La increíble y triste historia del cándido pueblo y de sus dirigentes desalmados. El manipulador maltratando a su pueblo.
Y así llevamos 40 años…
Así que centrémonos en la respuesta actual.
Quienes se indignan ante la supuesta falta de respuesta de Rajoy ¿acaso no ven que esa falta de respuesta es no entrar al trapo de las provocaciones del manipulador?
Quienes le meten prisa ¿creen que si esto fuera sencillo llevaríamos 40 años? Hay que jugarlo bien, no rápido.
Quienes le exigen que acepte el diálogo-trampa o haga cesiones ¿acaso no están enfocando el problema como si no se tratase de una manipulación sino de una negociación leal? ¿No son las cesiones y permisividad lo que le han permitido crecer al manipulador?
Yo creo que la respuesta de Rajoy a Puigdemont está siendo muy buena. Con serenidad, para no dejarse arrastrar por las interesadas provocaciones del nacionalismo, y con firmeza a la vez, para que cada paso sea un avance.
Dando cuerda cuando el adversario se está equivocando y se pone en evidencia y estableciendo límites cuando dejar hacer implicaría un perjuicio real (aceptar de facto su interesado cambio en la soberanía, dejar sin respuesta una ilegalidad...).
Aportando claridad y tranquilidad, no prejuicios opuestos (#EmoFree).Y evitando que la cizaña consiga enfrentar a quienes defienden el Estado de Derecho.
Entendiendo de qué va el reto.
Yo creo que entiende que la estrategia nacionalista es una estrategia emocional, de manipulación y propaganda. Por eso responde con la mejor respuesta para estos casos, la constructiva, con asertividad.
P.D.: Mi receta frente al nacionalismo obligatorio: ¿Cómo hacer frente al nacionalismo obligatorio?
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