Continuando la entrada anterior, en la que analizaba las diferencias entre populismo y extremismo y su aplicación a la política española, daré un paso más. Analizando su estado actual y los responsables.
En España tradicionalmente teníamos dos populismos: uno de izquierda (IU) y otro nacionalista (PNV, CiU...).
Y un extremismo: el secesionismo (esencialmente HB-ETA), el único que incorporaba la coacción violenta.
Durante la etapa de Rajoy el secesionismo frenó en su extremismo. Por necesidad, que no por convicción, el renunció a la violencia física en el País Vasco. Volviendo al redil como un mero populismo con guiños extremistas. No convertido pero si contenido.
A cambio, el nacionalismo catalán se extremó y optó por la violencia de baja intensidad y el desacato a la ley. Lo que Rajoy aprovechó para que se desarrollase la respuesta al populismo nacionalista catalán, a la imposición catalanista. No era mala opción si el resto de fuerzas constitucionalistas hubiesen acompañado.
Ya fuera de la influencia de Rajoy, no generado por él, durante su etapa también se incorporó otro populismo, el de derechas. Y el populismo de izquierda amagó volverse extremo con Iglesias. Veamos quienes fueron sus responsables.
El PSC y Sánchez, el candidato de Iceta como antes Zapatero fue el candidato de Maragall, son los responsables de que el populismo de izquierda y nacionalista catalán se extremasen. Al dejarles claro que, hiciesen lo que hiciesen, les ofrecerían después una salida sin coste.
Siendo especialmente evidente la responsabilidad del PSC respecto del nacionalismo. Ya que es una estrategia aplicada durante ya décadas, demasiado repetida para que no resulte evidente.
Y eso a pesar de la resistencia de una parte del PSOE que intentó mantenerse como una izquierda honesta. No santa, que nadie lo es, pero sí claramente no populista. Un PSOE socialdemócrata como el que en su día intentaron liderar Rosa Díez, Bono o Susana Díaz.
Por otro lado, a la derecha la han radicalizado los medios de derecha. Que en su lucha de poder contra Rajoy no dudaron de tirar de distorsiones populistas.
Y Cs, a quien, aunque nació para defender los valores democráticos desde la izquierda cuando el PSOE de Zapatero los pervertía,
le pudo la ambición y decidió aprovechar la campaña de los medios. Sumándose a la campaña e intentando aprovechar el viento mediático para sustituir al PP.
En España tradicionalmente teníamos dos populismos: uno de izquierda (IU) y otro nacionalista (PNV, CiU...).
Y un extremismo: el secesionismo (esencialmente HB-ETA), el único que incorporaba la coacción violenta.
Durante la etapa de Rajoy el secesionismo frenó en su extremismo. Por necesidad, que no por convicción, el renunció a la violencia física en el País Vasco. Volviendo al redil como un mero populismo con guiños extremistas. No convertido pero si contenido.
A cambio, el nacionalismo catalán se extremó y optó por la violencia de baja intensidad y el desacato a la ley. Lo que Rajoy aprovechó para que se desarrollase la respuesta al populismo nacionalista catalán, a la imposición catalanista. No era mala opción si el resto de fuerzas constitucionalistas hubiesen acompañado.
Ya fuera de la influencia de Rajoy, no generado por él, durante su etapa también se incorporó otro populismo, el de derechas. Y el populismo de izquierda amagó volverse extremo con Iglesias. Veamos quienes fueron sus responsables.
El PSC y Sánchez, el candidato de Iceta como antes Zapatero fue el candidato de Maragall, son los responsables de que el populismo de izquierda y nacionalista catalán se extremasen. Al dejarles claro que, hiciesen lo que hiciesen, les ofrecerían después una salida sin coste.
Siendo especialmente evidente la responsabilidad del PSC respecto del nacionalismo. Ya que es una estrategia aplicada durante ya décadas, demasiado repetida para que no resulte evidente.
Y eso a pesar de la resistencia de una parte del PSOE que intentó mantenerse como una izquierda honesta. No santa, que nadie lo es, pero sí claramente no populista. Un PSOE socialdemócrata como el que en su día intentaron liderar Rosa Díez, Bono o Susana Díaz.
Por otro lado, a la derecha la han radicalizado los medios de derecha. Que en su lucha de poder contra Rajoy no dudaron de tirar de distorsiones populistas.
Y Cs, a quien, aunque nació para defender los valores democráticos desde la izquierda cuando el PSOE de Zapatero los pervertía,
le pudo la ambición y decidió aprovechar la campaña de los medios. Sumándose a la campaña e intentando aprovechar el viento mediático para sustituir al PP.
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