domingo, 21 de octubre de 2018

La inutilidad de Cs

Como indico en la entrada anterior, "El doble juego del PSC", el PSC y sus afines (PSE, PSPV...) mantienen un doble juego ante el nacionalismo y el populismo de izquierda. Por un lado se desmarcan de ellos pero al mismo tiempo los protegen, bloquea cualquier intento de reacción frente a ellos.

Este doble juego se aceptó por el PSOE durante la etapa de Felipe González, digamos que dejó hacer. Pero con Zapatero, y ahora con Sánchez, se ha incorporado al PSOE: el Estatuto catalán, la promoción de las lenguas locales en todas las CC.AA., favorecer la permisividad frente a las ilegalidades...
El propio PSOE desarrolla ahora la política tradicional del PSC. El doble juego.

Como narro en "El origen de los emergentes", en la etapa de Zapatero una parte de la izquierda reaccionó frente a esta deriva del PSOE. Y se crearon Ciudadanos en Cataluña en 2006 y UPyD en País Vasco en 2007.
Eran partidos que cubrían una necesidad. La falta de una izquierda limpia de nacionalismo y de populismo frentista. Ofrecían ser una izquierda realmente democrática. Una izquierda socialdemócrata.

Pero, tras la caída de Zapatero, en 2011, tanto UPyD como Cs perdieron parte de su sentido de ser. Alejado del gobierno, el PSOE dejó de poder apoyar tan ostensiblemente a los nacionalismos y populismos y predominó su faceta de sentido de estado, el disimulo.
UPyD supo adaptarse e incorporó a su estrategia la lucha contra la corrupción. Otra función práctica que tuvo su eco en la sociedad. Y Rosa Díez entró en el Parlamento Español como partido antinacionalista y regenerador de sistema.

Este esquema funcionó hasta que, allá por 2014, aparece una nueva tendencia. Los medios de comunicación de la derecha, en guerra con Rajoy por su política de mediática, ofrecen a UPyD y Cs apoyo propagandístico a cambio de que centren su estrategia en erosionar al PP en vez de al nacionalismo y populismo.

UPyD no entra a ese juego pero Cs sí. Y lleva su cambio de estrategia hasta el punto de cambiar su definición de partido socialdemócrata a partido liberal. Pasa de ser una oferta de izquierda limpia a intentar sustituir al PP.

Así que los medios de derecha empiezan a machacar a UPyD y promocionar a Cs; con gran éxito, la verdad. Y, una vez acabado con UPyD, Cs se centra en erosionar al PP con un mensaje engañoso, su propio doble juego, el de Cs:
 - Por un lado su discurso achaca al PP falta de combatividad frente al nacionalismo y el populismo.
 - Por otro lado favorece al nacionalismo y el populismo en la práctica al colaborar con el PSOE en erosionar al PP (Cs refuerza a Sánchez en el PSOE al intentar gobernar con él, lanza una campaña demagógica contra Cifuentes y amenaza con un cambio de alianzas y apoyar al PSOE en Madrid, avisa de que no apoyará a Rajoy tras la moción de censura, lo que deja al PNV en una posición imposible como único apoyo del PP...)

Una estrategia que aprovecha la debilidad del discurso del PP frente al nacionalismo. No en vano la derecha no está tan acostumbrada como la izquierda a los discursos de protección de minorías que sufren una agresión, como es el caso de la población no nacionalista en Cataluña o País Vasco.


Una carencia que en realidad sólo era de discurso, Rajóy sí que hizo frente al nacionalismo, y que ahora parece corregir Casado.


Es decir, en la práctica, Cs erosiona al PP y apoya al PSOE... mientras el PSOE está de nuevo desplegando la estrategia del PSC. La función inicial de Cs, de reacción frente a una izquierda pervertida ha desaparecido ya totalmente. Es más, ahora apoya en la práctica a esa izquierda pervertida frente al PP.

E, imagino que por eso, vuelven a aparecer opciones de izquierda que recuperan el sentido original de UPyD y Ciudadanos: una izquierda limpia de nacionalismo y populismo. Ahí entiendo que se encuadrarían "Plataforma Ahora", "Izquierda en positivo" o "La izquierda hoy".


¿Conclusión? a día de hoy Ciudadanos resulta un partido inútil. Un partido que no aporta ningún valor constructivo a la sociedad sino todo lo contrario. Tan sólo confunde y divide al electorado de derechas en un momento en el que es necesario enfrentarse a un PSOE que sigue la estrategia perversa del PSC. Que se ha aliado con la izquierda populista y los nacionalistas y arrastra a la sociedad hacia la aceptación de sus discursos destructivos desde una engañosa equidistancia.

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