domingo, 24 de junio de 2018

El fin del Procés


El Procés se inició por un interés personal de Artur Mas. Se vio desde el principio, en su negativa a buscar acuerdos con Rajoy. Quería el enfrentamiento.


La figura yo la denomino "conductor al abismo". Un líder cuestionado en su propio partido que intenta hacerse fuerte exagerando la faceta propagandística. Yendo de auténtico... en la falsedad de la publicitaria.


 
La estrategia era sencilla. Provocar al Estado hasta conseguir una respuesta que se pudiese vender como agresiva. Radicalizando así los bandos para conseguir un apoyo sin fisuras dentro de su partido. Todo menos sutil.


CiU contó desde el inicio con con la colaboración de los habituales: ERC, PSC, Podemos y... los medios de comunicación de la derecha en su perenne guerra contra el PP.



La colaboración de ERC fue eufórica. CiU, el partido con casi mayoría absoluta, pasaba a desplegar su discurso, el de la fantasía republicana y radical de ERC. Es decir, CiU regalaba su electorado a ERC a cambio de apoyo a la estrategia personal de Mas. CiU se autodestruía (recordemos Unió...) y le hacía la propaganda a ERC. Miel sobre hojuelas.

Así que el interés de ERC es también bastante evidente: crecer sustituyendo a CiU

 
Los medios de derecha enfrentados a Rajoy (El Mundo, LD...) también se apuntaron de inmediato.
La ocasión era perfecta. Si Rajoy entraba al trapo de las provocaciones, se le acusaría de responder de forma poco inteligente y sin sentido de Estado. Si no entraba, se le acusaba de cobarde e incluso traidor. 
Es decir, el interés de los medios de derecha anti-Rajoy era usar el Procés como un cepo del que el PP no pudiese escapar.




El PSOE, sin embargo, no vio hueco fácil.

Empujado por un lado por PSC y Podemos, intentó marcar diferencias con el PP con fantasiosas reformas de la Constitución. Pero por el otro, la amenaza de Podemos, la resistencia de Susana Díaz y la propia respuesta moderada de Rajoy, no posibilitaban cargar contra el PP y evidenciar poco sentido de Estado.


El PSOE durante un tiempo no pudo sacar beneficio del Procés, y eso que Sánchez intentó varias veces aprovechar el habitual "todos contra el PP".





Al PP no se le podía acusar de alimentar el fuego. Rajoy mantuvo una posición de serena resistencia. El plan del Procés era un absurdo y si no se premiaba con competencias ni se caía en las provocaciones, estaba condenado a fracasar por si solo.




Así que el Procés parecía bien encaminado. Es más, ofrecía una saludable oportunidad para que la sociedad catalana reconociese lo enfermizo del nacionalismo y reaccionase. Se ponía cada vez más en evidencia su esencia populista (prejuicios supremacistas) y empezaba a aparecer la reacción.

El interés del PP se centró en que el nacionalismo se desgastase solo, sirviendo de vacuna a la sociedad frente a los nacionalismos. Rajoy buscaba apuntarse otro tanto de tarea conseguida, como con el Paro, Crisis, Cajas, ETA... Rajoy quería dejar una buena hoja de servicios prestados.






Pero Cs vino a cambiar este equilibrio.
Utilizando el viento a favor de los medios de derecha anti-Rajoy, aprovechó la baza para intentar sustituir al PP.
 

Lanzando propuestas inviables pero atractivas para el electorado de derechas, fue debilitando a un PP que gobernaba desde el pragmatismo.

Cs utilizó el Procés para desgastar y sustituir a un PP orientado a ser realista.




Y la estrategia de Cs acabó funcionando, sustituyendo en la práctica al PP en Cataluña. Los votos que se debió llevar el PP por hacer frente al nacionalismo con firmeza (1-O, 155, no ceder competencias, ganarse el apoyo europeo...) se los llevó Cs a pesar de no tener una posición ni firme ni realista (dudó con el 155...).

Consiguiendo al fin hacer rentable el Procés para el PSOE.

Tras el éxito en Cataluña, Cs y los medios intentaron rematar a Rajoy con una demagógica campaña anti-corrupción, primero en Madrid y luego ya directamente contra Rajoy aprovechando la sentencia de la Gürtel de Pozuelo.


Facilitando a Sánchez la excusa que necesitaba en el PSOE para ir de la mano con Podemos y nacionalistas. 
Y asustando a un PNV que había conseguido mantener la sensatez hasta entonces. No hay que olvidar que el gran contrincante del PNV es Bildu-PSE-Podemos, como el de CiU es ERC-PSC-Podemos. Para el PNV no tiene ningún sentido potenciar la izquierda.
Pero el PNV temió quedarse solo junto a un PP que se hundía...



Y permitieron que el PSOE volviese a conseguir el poder a través de la alianza clásica de nacionalistas e izquierda contra el PP. Una especie de Tinell de facto.






¿Conclusión?
El Procés, entendido como el desafío al Estado, ha vivido de una compleja trama de intereses que se ha acabado tras la investidura de Sánchez. Como ocurrió con el Plan Ibarretxe tras la llegada de Zapatero.
En enero de 2005, el Plan Ibarretxe llegó Congreso para su debate y votación, siendo rechazado el 1 de febrero por 313 votos en contra (PSOE, PP, IU, CC y CHA), 29 a favor (PNV, ERC, CiU, EA, NaBai y BNG) y 2 abstenciones (ICV). Es decir, le llevó apenas un año confirmar que ya no tenía sentido. Los intereses se alineaban ahora casi unánimemente en contra.


El Procés se ha acabado. La trama de intereses que lo sustentaba, muy similar a la del Plan Ibarretxe, se ha deshecho.

 - Lo que digan los medios de derecha afecta al electorado del PP, no al del PSOE.

 - PP y Cs, si acaso, presionarían para limitar las cesiones al nacionalismo, no para aumentarlas como el PSOE cuando presiona al PP. Y no favorecerán la permisividad.

 - El PSOE ya ha obtenido de los nacionalistas lo que quería. El apoyo para gobernar en Madrid. Y se lo retribuirá apoyando el dominio absoluto del nacionalismo en su zona (como ha ocurrido en País Vasco tras el Plan Ibarretxe)

Es terrible, pero los vascos y catalanes no nacionalistas son la moneda de pago del PSOE. Los entrega al nacionalismo para afianzar su poder en Madrid. Así ha sido desde siempre. Incluso cuando ETA... Felipe González: «No te equivoques, Nicolás, nuestros amigos son los del PNV».

 - Los nacionalismos saben que no pueden ir de frente contra el PSOE salvo que Podemos fuese dominante en la izquierda, que no lo es (son los dos partidos filonacionalistas y no pueden ponerlos en su contra). Y se contentarán con el apoyo del PSOE para acallar a la resistencia no nacionalista en Cataluña. Más fuerza para los nacionalista en su territorio.

 - Podemos podría intentar presionar como el PSOE presionaba al PP. Pero él solo no tiene fuerza. 
 
El Procés podrá dar algún coletazo aún, pero desde que no gobierna el PP es ya es un pez sin agua.




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Nota: ¿El inconveniente de que acabe así el Procés

Que probablemente, como ocurr en País Vasco tras la llegada de Zapatero, también se acabe la reacción a la opresión nacionalista. Sin la defensa del Gobierno Central los no nacionalistas se verán acogotados de nuevo. Y tanto PSOE como PSC lo que buscarán es retomar su alianza con ERC y Podemos.
 
Una lástima, es tan necesario, es tan asfixiante el ambiente nacionalista con su marcado constante del territorio: la lengua local hasta en la sopa, sus símbolos ocupando todo el espacio público, televisiones y radios machacando todo el día con temas que ellos eligen, los coles impregnado de nacionalismo... todo con la marca de esa emociología dominante, irrespetuoso)

País Vasco y Cataluña, sin lugar a duda, necesitarían una Segunda Transición. Que les libere de la opresión nacionalista. 


Es triste reconocerlo pero, como ocurrió en 2004, ha sido un mal final. 


Nota 2: Cartel para pegar en redes sociales.


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