miércoles, 6 de junio de 2018

Cómo queda el nacionalismo tras Rajoy


El Procés es un ejemplo de cómo ha tratado Rajoy los problemas. Sin atajos, patadas a seguir o maquillaje.

Como las Cajas, la economía, o el fin de ETA. Permitiendo que el problema se manifieste en toda su crudeza y aplicando después estrategias de solución real, a largo plazo.

El fin de ETA no satisface a quienes ven la fuerza política actual de la Izquierda Abertzale. Pero es que eso no es ETA, ETA es el crimen político y para resolverlo había que conseguir que dejase de ser motivo de enfrentamiento entre PP y PSOE. Ya que se alimentaba de ello.



¿Qué queda por resolver la lacra ideológica del nacionalismo opresivo y fanático? Claro que sí, pero ese es otro problema, no el del crimen de ETA. Y precisa otras soluciones, soluciones políticas que Rajoy no ha podido ni intentar (no, no significa cesión o permisividad). Ya que muchos se han esforzado en echar al PP de la vida política vasca y lo han conseguido en gran parte, dificultando la faceta de regeneración política.
Se ha perdido la oportunidad de aprovechar las legislaturas de Rajoy para conseguir una sana implantación y expansión del PP en el País Vasco. El mejor camino para desmontar políticamente al nacionalismo opresivo. El único, en realidad.
Quienes desde el esencialismo han machacado al PP por no avanzar más (sí, la acusación siempre ha sido lo que no ha hecho, no lo mal hecho, y sin valorar lo positivo), en realidad son quienes han impedido avanzar más.




En el caso del Procés, el avance también ha sido enorme. La reacción ha aparecido en Cataluña, el mensaje no nacionalista ha calado y por fin se ha visto, con el 155, que se puede defender la legalidad.
(eso sí, con un enorme coste electoral para el PP, que ha tenido que tragar sapos para mantener una eficaz unidad... y eso lo han aprovechado Cs y lo medios anti-Rajoy)




¿Que el camino era largo y muchos se impacientaban pedían respuestas más enérgicas? Claro, eso siempre ocurre. Pero no son solución, sólo llevan a Tinell y a la radicalización general.
 El camino constructivo, el de solución real a medio plazo es el que seguía Rajoy. Que acabaría con una gran mayoría exigiendo el fin de la opresión nacionalista. Ganándose a la izquierda como se la ganó en la lucha contra ETA. Una pena que no pudiese completar la tarea.
 



Pero quizá pueda acabar la tarea el PSOE, ya que le ha quedado en bandeja para repetir el modelo de ETA: el PP lo resuelve cortando la permisividad y desmontando el sectarismo entre PP y PSOE. El PSOE se lleva el mérito o parte de él… y evita el castigo que ha merecido tras tantos años de filonacionalismo.

Es decir, queda por ver si el PSOE es capaz de acabarlo o si empieza a desmontar lo avanzado.



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