sábado, 16 de junio de 2018

El error de ¡Basta Ya!


Vaya por delante que yo empecé a interesarme por la política con ¡Basta Ya!
Sin duda el grupo que más valoro del entorno de la política española.


Él fue el origen de lo que para mí luego ha sido Emociologías. Mí gran descubrimiento. My pride and joy.


Pero nadie es perfecto. Así esta es mi crítica.


¡Basta Ya! nació en un entorno de activistas de izquierda y ese origen le marca. 


El activismo, como el heroísmo, es algo valioso pero no exigible al resto. Y los herederos de ¡Basta Ya! han caído en esa trampa: descalificar casi por igual a todo aquel que no satisface las exigencias del activismo, que no casa con la heroicidad. Con la estrategia de choque.




Confundiendo a aliados cautelosos con contrincantes. Cuando la estrategia asertiva, la que algunos consideramos la más eficaz, muchas veces implica contener los impulsos.





Y apoyando en la práctica, involuntariamente, a quienes, manipulando desde la radicalidad, eran parte del problema.




Dicho sea desde el enorme respeto que les guardo. Nadie más valiente, honesto y sacrificado. A pocos debemos tanto.

 

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