jueves, 10 de diciembre de 2015

Debate ¿a florete o a espada?


Primero el escenario

Como ya he comentado varias veces, la democracia es una partitocracia reglada y regulada por la opinión pública. 
Frágil en sus tres facetas: la excesiva acumulación de poder por parte del líder de un partido "Limitación de mandatos, ya", el incumplimiento de la ley y la manipulación de la opinión pública. Esta última bien por una ideología "Los enemigos emocionales de la democracia" como por excesos de los medios de comunicación "La mediocracia".

También vimos en "El origen de los emergentes"  que se puede asociar la aparición de los llamados "partidos emergentes" a esta mediocracia.


Un símil sugerente

Es habitual en las historias de la antigüedad, cuando fuerza, destreza y valor eran parte de la vida, que alguien con más ambición que poder real intentase retar al líder a un combate. Reto un tanto absurdo ya que la función del líder no es pelear sino dirigir, con facetas distintas de las del combate: estrategia, aunar voluntades...

Así que la respuesta del líder es no aceptar esos retos, delegando si acaso en "campeones" para tampoco parecer débiles ante la opinión general. 


Y ya nuestro tema de hoy

Los enfrentamientos a los que estamos acostumbrados hoy día ya no son físicos sino verbales. El reto es a combate verbal.

Los dirigentes están más condicionados por la opinión pública lo que les dificulta esquivar los retos, pero básicamente siguen haciendo lo mismo, dirigir. Así que la forma más obvia de valorarles sería por los resultados de su gestión. Prosperidad económica, seguridad, concordia y colaboración social, libertades... no por su destreza dialéctica.

Aquí entran los medios de comunicación. Que aparte de sus buenas e imprescindibles funciones que nadie discute, también pueden juguetear a transformar información y opinión (valoración de la prosperidad, seguridad...) en retos dialécticos (tertulias informales, debates rápidos...). Aparte, claro, de las clásicas perversiones de la prensa, la propaganda y la información tendenciosa.
Es obvio que a los medios de comunicación les interesa que la elección de gobierno dependa lo más posible de la imagen, su negocio. Eso les da poder. Pero como indiqué arriba, en el enlace de la mediocracia, ese exceso de poder  no es saludable para la sociedad.

El caso es que en estas elecciones los medios han conseguido que aparezcan dos partidos de la nada, invaluables al carecer de gestión previa, pero expertos en duelo verbal y la imagen.

Podemos, con su campeón Iglesias, maneja el corte grueso, la espada. Es capaz de mantener que para que haya riqueza basta con el que Estado reparta, para que haya paz basta con no meterse con nadie, para resolver cualquier conflicto basta con encontrar alguna mayoría... y así todos los grandes deseos de la humanidad uno tras otros. ¿Qué importa que en tres milenios no haya un solo ejemplo de aplicación práctica exitosa y sí muchos de desastres asociados?

Ciudadanos, con Rivera, es eficaz en el trazo fino, el florete. Rechaza las grandes fantasías para vender las pequeñas mejoras. No podemos garantizar la prosperidad pero sí ofrecer quitar el Cupo, eliminar el Senado y las Diputaciones, cambiar la Ley Electoral, traer el contrato único... Nos regalan así el eliminar de un plumazo todo aquello que una mayoría vemos con malos ojos. Pero ¿es mínimamente viable? ¿Qué quedaría después? ¿Es razonable que se encargue de cambiar todo quien no ha gestionado nunca? 

Creo que no hay mucho más que argumentar al respecto. Así que voy a la regla general. Está bien que los partidos tengan que mostrarse y participar en los debates, algo que además harán por evidente interés. Y también estará bien que puedan elegir a quien mandan a cada debate  y se ciñan si quieren a lo clásico, que ha demostrado ser suficiente para que conozcamos al candidato a presidente.


Por último aprovecho para recordar el peligro. La fragmentación parlamentaria no es una tontería. Solo hay que ver a Cataluña hoy día. Es un desastre interponer una capa de partidos entre el voto de la opinión pública y la elección del gobierno. "Oda al bipartidismo y a las mayorías absolutas"



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nota 1: Bueno el Blog de Sostres al respecto de la diferencia entre lo mediático y el gobierno. Albert y los espejos

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