sábado, 9 de mayo de 2020

Las tres grandes emociologías en España


En España sufrimos principalmente tres grandes emociologías. Tres construcciones de prejuicios manipuladores interesadamente desplegados para conseguir un objetivo político.


A juzgar por los objetivos, parecen desplegadas desde Francia y/o Alemania, ya que casan con sus estrategias de control de la UE, favorecer el despliegue de sus empresas y competición con EEUU en el mundo.


Y están desplegadas utilizando el control de las empresas de medios de comunicación. Herramientas que desde la dirección pueden ser orientadas hacia un fin sin necesidad de imponerlo explícitamente: decidiendo qué periodistas se contratan y cuáles no y qué línea de opinión da lugar a ascensos y qué actos provocan el despido. 


Estas tres emociologías son:

 - El bloque nacionalista: nacionalismo, filonacionalismo y antinacionalismo.

 - El guerracivilismo: de izquierda y de derecha.

 - El antiamericanismo.


 El bloque nacionalista, lo he analizado en: Deconstruyendo el nacionalismo. Básicamente busca la división y enfrentamiento de los españoles por territorios. Ahí se encuadran tanto los prejuicios que despliegan los partidos nacionalistas como la permisividad con estos de los partidos filonacionalistas (favoreciendo la imposición lingüística, el adoctrinamiento mediático y educativo, el marcado del territorio con simbología antiespañola...) o la reacción antinacionalista cultivando prejuicios opuestos (boicot a productos de estos territorios...)

El objetivo último creo que es evidente. Si se quiere controlar la UE conviene que esta esté formada por pequeños países sin relevancia política antes que por países grandes con capacidad de influencia.


El guerracivilismo es el divide y vencerás. Consiste en separar a los españoles en dos bandos irreconciliables: derecha e izquierda, azules y rojos. Se despliega principalmente a través de dos engaños:

 1- Revivir agravios: aquí se encuadraría la memoria histórica, las infinitas películas sobre la Guerra Civil, el constante traer a Franco a la actualidad política... y también con el recuerdo permanente desde algunos medios de la derecha de las brutalidades de la izquierda en la Guerra Civil (Paracuellos...) o en otros países (Venezuela, Cuba...). Por ponerlo con un ejemplo gráfico, esta trampa la despliegan tanto La Sexta como Intereconomía, al alimón.

 2- Los cordones sanitarios: Ahí se encuadran Tinell, el "no es no" de Sánchez, el veto a Vox, la expulsión de Cs de las manifestaciones feministas o LGBT... y también la inclusión del veto a los partidos nacionalistas en el Pacto por las Libertades o la pretensión de veto a Bildu o a los partidos golpistas. Se trata de formalizar y oficializar una supuesta división irreconciliable. Y es una aberración democrática, ya que transforma el rechazo a las malas prácticas, algo saludable, en rechazo a unos partidos y sectores de la sociedad, algo perverso. Es una distorsión del saludable rechazo a las malas prácticas.

Esta emociología de enfrentamiento tiene como objetivo impedir la reacción mientras se promueve la división física de España a través de los nacionalismos. E imagino que, una vez hubiesen conseguido dividirla, dejarían de promocionarla, ya no tendría función práctica.


El antiamericanismo no afecta mucho a los españoles pero se promueve de todas formas para garantizar una política exterior acorde a los intereses de esa enfermiza UE de corte colonial. Quede claro, el problema no es la UE, una buena opción para el mundo actual, el problema es lo que algunos están queriendo hacer de la UE: su cortijo particular.

Este prejuicio hace que veamos con buenos ojos que se apoye a las dictaduras de Cuba, Venezuela o Nicaragua frente a EEUU. A una Palestina dirigida por terroristas frente a un Israel democrático que sin duda podrá ser criticado por aprovechar para su expansión, pero al que no hay justificación para que sea demonizado. A la expansión económica de la dictadura China frente a EEUU. Que erosiona cualquier acción exterior de EEUU (Iraq, Afganistán, Siria...)

Puede parecer inocuo, pero tiene mucha importancia. En la política mundial los malos solo crecen cuando los buenos lo facilitan. A Lenin le abrió las puertas Alemania, a Hitler le facilitó su ascenso la estrategia de apaciguamiento de Francia y Reino Unido. Ambas historias acabaron en burtales guerras y genocidios. Y el mundo es hoy cada vez más peligroso, aunque no nos guste prestar atención a este hecho.

martes, 14 de abril de 2020

Emos de campaña y de gobierno y el caso de España




Hay políticos que despliegan emociologías (distorsiones frentistas) durante las campañas electorales. Para activar al electorado. Para captar su atención y movilizarlo como si se tratase de una hinchada deportiva. Pero que luego, cuando gobiernan, se centran en la labor de estado.  

Estas emociologías además fidelizan los electorados, como ocurre en el deporte. Poca gente cambia de equipo de fútbol. Con lo que en política aportan una cierta estabilidad al sistema de partidos.

Podríamos llamarlas emociologías de campaña o de partido. E imagino que no son muy dañinas mientras se mantengan ahí, en la campaña, y se genere un rechazo general en caso de que un político intente utilizarlas fuera de ese periodo. Pero para lo que se precisan unos medios de comunicación saludables, que incluyan entre sus automatismos de control a la clase política la denuncia de uso de emociologías fuera de campaña, lo hagan políticos afines o contrincantes. Vivir permanente con los excesos de campaña es insano para la sociedad.

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Sin embargo hay otros políticos que despliegan de manera permanente las emociologías. Buscando una división y enfrentamiento social real, permanente. Sería el caso de los nacionalismos en España, en permanente campaña contra Madrid y lo español.

Una estrategia que busca una separación y enfrentamiento reales. Que hace que cuando rotulan las carreteras o los espacios públicos se priorice lo que diferencia, y se escriba en vascuence aunque la mitad de la propia ciudadanía vasca no hable ese idioma. Una estrategia que marca el territorio dejando claro que sólo la simbología excluyente es aceptada. Que politiza la educación, el deporte, los medios de comunicación... Que lanza desde el propio gobierno campañas de tensión política permanente, como fueron el Plan Ibarretxe o el Procés.

Este tipo de emociologías son las realmente problemáticas. Podríamos llamarlas emociologías de gobierno o emociologías a secas. Ya que son las que realmente separan y enfrentan, no lo simulan como se simula el enfrentamiento en el deporte. Y son realmente destructivas para una sociedad.

Podríamos usar el símil: una emociología de campaña es como una competición deportiva, con un enfrentamiento casi ritual, simbólico. Una emociología de gobierno es como una guerra, y no es raro que acabe generando verdaderas agresiones (terrorismo, dictaduras...)

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En España, la Transición consistió en un pacto entre los partidos políticos. Comprometiéndose a aceptar un marco de juego que desterrase el enfrentamiento que dio lugar a la Guerra Civil. Un pacto de convivencia democrática entre derecha, izquierda y nacionalistas.
Es decir, el pacto de la Transición, en su espíritu, incluía cesiones de todos a cambio de buscar la concordia. Aunque no se enunciase así, su valor era el compromiso de todos a no desplegar emociologías de gobierno.

Ese pacto nunca se cumplió en su espíritu por parte de los partidos nacionalistas, que continuaron desplegando su emociología. Una emociología tan real como que durante décadas la manipulación emocional de la sociedad estuvo acompañada de coacción física (ETA, Terra Lliure...). 

Y ese pacto se empezó a romper por parte de la izquierda con Zapatero. Que arrastró a su partido a una estrategia de permanente campaña. A una emociología de gobierno, utilizando la llamada Memoria Histórica, el feminismo y las libertades sexuales, el filonacionalismo... temas utilizados según una estrategia de división de la sociedad, no de evolución. Temas con los que se manipula buscando arrinconar al contrincante, no incorporarlo para mejorar la sociedad.

Y esa es la estrategia que retomó para el PSOE Sánchez. De ahí sus alianzas con Podemos y los partidos nacionalistas, claramente emociológicos, populistas. Y un ejemplo muy simbólico serían las marchas del 8M, en las que se expulsó a los participantes de Ciudadanos: no se buscaba transformar la sociedad, sino dividirla y arrinconar a la mitad.

En la derecha no se ha producido aún ese tipo de perversión. Aunque con Vox podría existir un riesgo, ya que su discurso tiende al populismo y no está claro que fuese capaz de renunciar a él una vez en el gobierno. Hay dinámicas que cuesta frenar, solo hay que fijarse la autodestrucción de CiU con Artur Mas. Es más fácil sacar la pasta del tubo dentífrico que meterla luego. Es más fácil arrancar campañas frentistas que frenarlas luego.

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Por esto, mi opinión es que en España, a medio plazo, sería importante conseguir liberar al PSOE, recuperarlo a posiciones no emociológicas. Con lo que, con el tiempo, se podrían erradicar por completo las emociologías de gobierno. 

A corto plazo... imagino que es inevitable un cambio de gobierno. La situación se volverá insostenible y no veo cambio posible con Sánchez en el poder.

Imagino que o se consigue eso... o España no tiene futuro. Se fragmentará en perjuicio de todos. Perjuicio interno, por la erosión de la convivencia, y externo, por la pérdida de capacidad de influencia en la nueva Europa que se está creando.

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sábado, 28 de diciembre de 2019

Manipulación emocional y coacción física

(en construcción)

La manipulación emocional tiene muchas similitudes con la coacción física.

Ambas son utilizadas para manejar a los individuos y sociedades en contra de su voluntad. Y es habitual que quienes se ven sometidos a manipulación emocional acaben sufriendo coacción física. Véase Venezuela, donde el populismo (manipulación emocional) y ha derivado en dictadura (coacción física).


En las democracias, el estado de derecho nos protege ya de la coacción física. Pero, hasta que esto se logró, no era infrecuente que hubiese quienes culpasen de la violencia a quienes la padecían. Por no ser lo suficientemente fuertes para enfrentarse a los agresores. Y no era inusual considerar exigible una suerte de vigor y mentalidad marcial.

Con la manipulación emocional ocurre algo similar hoy día. No es raro que se acuse a las sociedades que lo padecen de debilidad intelectual. De dejarse manipular. Y se recomienda más educación... ¡Vamos, que si te manipulan es porque no te lo has currado!

Yo creo que esto es parte de las trampas de los manipuladores. Que siempre buscan imponer sus maneras como las vigentes y que no se centre la atención en sus intrigas. Es una idea distorsionada que nos lleva a no buscar las soluciones donde algún día estarán: en mecanismos sociales que protejan de la manipulación emocional como hoy protegen de la coacción física.

Eso es lo que nos falta desarrollar. Y por eso es tan importante estudiar la relación entre las emociones y la política.

viernes, 15 de noviembre de 2019

La importancia del concepto de emociología en el análisis político

Al tratar de explicar el concepto de las emociologías, encuentro frecuentemente la siguiente objeción: sí, es cierto que en política se juega con las emociones y los prejuicios, pero siempre ha sido así, realmente no añade nada nuevo.

Esto es como decir que las manzanas se caen por su propio peso, que siempre lo hemos sabido. Es cierto, pero gracias a la teoría de fuerzas de Newton sabemos que las manzanas no caen por sí mismas, sino porque la tierra tira de ellas. Newton no descubre una realidad distinta. Sino que aporta un enfoque distinto de la realidad basado en el concepto de fuerza.

El concepto de las emociologías, salvando las distancias, pretende algo similar: ampliar el enfoque con que contemplamos la política añadiendo al tradicional concepto de ideología el juego de la influencia emocional para explicar cómo consiguen los dirigentes políticos la adhesión de sus seguidores.






Esta teoría no pretende decir que ahora se haga política de manera distinta que en el pasado. Sino que eso que la humanidad lleva siglos haciendo se puede analizar de una manera distinta.

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Básicamente, para explicar cómo consiguen seguidores los dirigentes políticos, tendríamos tres modelos de análisis. Con tres etapas históricas que pueden servir para caracterizarlos (en el fondo, los políticos siempre han hecho lo mismo, pero lo argumentan de forma distinta según el modo de análisis de su época, su manera de entender la realidad):

 1- El modelo de la fe, característico de la Edad Media, cuando se consideraba que mejor (o quizá única) la forma de compactar los grupos sociales era en torno creencias religiosas. De esta forma, quienes querían hacerse fuertes ganando adhesiones, se asociaban a una religión, presentándose como sus representantes. De ahí el catolicismo de la unificación ibérica e imperial de los Reyes Católicos, el anglicanismo instrumental de Enrique VIII frente a la autoridad del papa, o las corrientes protestantes del norte de Europa en su lucha contra el imperio español.

 2- El modelo de la razón. Con el racionalismo, allá por los siglos XVII y XVIII, se ensalza la razón frente a la fe. Los políticos empiezan a utilizar una nueva herramienta para cohesionar sus apoyos: las ideologías, basadas en explicaciones racionales del mundo, sustituyen a las religiones como elemento de captación de seguidores. Su función política y su modo de uso son los mismos: el mismo adoctrinamiento, la misma intolerancia frente a los distintos, la misma manipulación de la sociedad para que siga al líder.

 3- El modelo de las emociones, correspondiente a la etapa actual. Falta aun una buena denominación que la caracterice. Yo denominaría la etapa de las emociologías. O de la posverdad. En la actualidad cuestionamos las ideologías como el racionalismo las religiones y fiamos la cohesión a la adhesión emocional, sin casi apelar la razón o la fe. Da igual el contenido real de las supuestas ideologías (aun las llamamos así, aunque ya no se defienden con razones, son ya emociologías puras sin casi disimulo), lo importante es si "molan", si nos generan buenas sensaciones, si nos hacen sentir de los buenos o de los nuestros. De ahí la aparición del afortunado término de posverdad, que interpreto como la aceptación de algo con independencia de que sea racional o real:



El modelo de las emociologías explica como se establecen corrientes de afinidad emocional a través de distorsiones cognitivas que se propagan a la sociedad principalmente a través de los medios de comunicación. Que luego inundan toda la vida social. Educación, ocio, cultura... todo se ve impregnado de los prejuicios que lanzan quienes manejan las distintas emociologías. Pensemos en los colegios nacionalistas o en el humor del programa de El Intermedio, ejemplos de manipulación emocional partidista. El mismo adoctrinamiento de siempre y la misma intolerancia hacia quien se oponga, ahora a través de la llamada corrección política (1).



(1 ) Inicialmente consideré la corrección política como una emociología, pero creo que no es una buena opción. La corrección es más bien el mecanismo de imposición de unos determinados prejuicios, de las emociologías. La forma en la que se presiona a la sociedad para que no se aparte de ellos, para que acepte su imposición sin atreverse a cuestionarlos. Volverlos inopinables, como gusta denominarlo un amigo mío. La corrección política sería una forma de agresión emocional a quien cuestione los prejuicios dominantes, sean estos del color político que sean, de la emociología que sea.  


Es decir, con estos tres modelos históricos no hablamos de maneras distintas de hacer política. En el en fondo en todas las épocas se ha utilizado la misma manipulación emocional. Sino tan solo de tres maneras de entender en qué consiste esta estrategia. Todas las épocas incluyen el despliegue de prejuicios (adoctrinamiento) y su imposición, agrediendo a quien no se adhiera (intolerancia). Lo que cambia es la manera de entender lo que se está haciendo.



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 Creo que con esto ya he explicado qué pretendo modelar con la teoría de las emociologías. Veamos ahora para qué sirve.


La teoría de las emociologías se basa en que los dirigentes manipuladores (no todos lo son ni de la misma forma, existe una diferencia entre propaganda populista, publicidad y juego limpio) lanzan prejuicios a la sociedad para manipularla.

Da igual cuál sea el prejuicio, lo que importa es su componente manipulador.




Si la realidad se enfoca de esta forma, permite avanzar en el análisis al hacernos las preguntas adecuadas. Así, por ejemplo, permite descubrir:

 1- Cuáles son las emociologías desplegadas: yo aquí propongo realizar un mapa de grupos de prejuicios, lo que Susan Blackmore denominaría un memeplex y yo llamo emociologías. De las agrupaciones de prejuicios en una especie de cuerpo doctrinal. (Véase por ejemplo en enlace: Mapa de emociologías- Que incluye una definición de las emociologías nacionalista, secesionista, filonacionalista, antinacionalista, antisistema...)

 2- Diferenciar entre ideas sanas y emociologías. Como ocurre con el multiculturalismo (distorsión que lleva a la formación de colectivos enfrentados) frente al interculturalismo (saludable respeto de las diferencias culturales)

 3-Quién promueve estos prejuicios (emociologías) y qué intereses satisface: dado que conocemos cuales son las emociologías en juego, podemos analizar quienes las promueven. Esto facilitará descubrir quienes son los actores. 

En mi caso, por ejemplo, me ha servido para identificar al Eje franco-alemán como actor político a partir de las emos que promueve: multiculturalismo, útil para reforzar el islamismo anti-EEUU y el nacionalismo anti-España, multilateralismo, útil para reforzar a las dictaduras anti-EEUU (China, Rusia, Cuba...), antiamericanismo, anticapitalismo, antisionismo, catastrifismo climático... todas estas emociologías están permanentemente presentes en nuestra prensa europea. Si se ponen en relación las emociologías europeas con los actos de los gobiernos de Francia y Alemania (apoyo a Cuba, Palestina...),  el nivel de coincidencia es tal que resulta evidente que hay una estrategia detrás cuyo actor político es algo que podríamos llamar Eje franco-alemán.

  4- Qué prejuicios y elementos utilizan las emociologías y cómo rechazarlos. Así analizo, por ejemplo, el funcionamiento del nacionalismo en: Resumen #EmoFree de la cuestión catalana. O la importancia de las lenguas como elemento adoctrinador en: Las lenguas como doctrina. Es decir, el concepto de las emociologías dota de herramientas de análisis y facilita establecer el marco de estudio.

  5- Tipo de respuesta ante las emociologías. Una vez entendemos para qué se saca un tema en una emociología (tan solo para diferenciar grupos de personas y enfrentarlos, para transformar los ciudadanos en colectivos) podemos enfocar mejor la respuesta. Por ejemplo, si un manipulador pone de actualidad a Franco para dividir la sociedad entre franquistas y antifranquistas, no tiene sentido ponerse a darle vueltas a la Guerra Civil ni recopilar agravios de un bando frente a los del otro. Lo que hay que hacer es denunciar la estrategia manipuladora, ya que el manipulador ha usado el franquismo como podía haber utilizado el carlismo, la guerra de sucesión, la conquista de América o cualquier otro tema, es lo de menos. Es una historia utilizada para manipular, nada más. Por utilizar un símil, da igual que sea una película de vaqueros o de piratas, es solo una historia que busca impactar emocionalmente. Y no conviene ni dejarse manipular (respuesta pasiva) ni enfrentarlo con agresividad, ya que ambas son útiles para el cizañero, que busca dominar (volvernos pasivos, sumisos) sembrando el enfrentamiento (creando un entorno agresivo). La respuesta correcta es la asertiva, denunciar la manipulación (reestructuración cognitiva) y no ceder en absoluto (firmeza). (Emociologías: Tipos de respuesta)

6- Evitar perdernos en la confusión. Los manipuladores atacan a la sociedad con mensajes que a la vez la emocionan y la enredan. Hablan de corrupción exagerando su importancia en los contrincantes y obviándola en sus aliados. Hablan de hechos dolorosos del pasado y sugieren culpas actuales. Imponen su doctrina e inmediatamente acusan a sus contrarios de imponer una doctrina... Su estrategia siempre incluye un tema angustioso y un tratamiento partidista. 

Frente a esto es habitual que la sociedad dé vueltas y más vueltas a esos temas. Cuando no es necesario disculparse de una acusación tramposa, basta con entender que el tratamiento es tramposo y exigir planteamientos objetivos antes de seguir con el tema. No se puede acusar de corrupción sin hacer una valoración objetiva de todos casos presentes, no solo los de tu contrincante.

Es decir, si se detecta que lo que está utilizando el contrincante es una emociología, no hay que seguirle el tema, es contraproducente, es dejarse liar.


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Podría seguir añadiendo ventajas que proporciona el enfoque emociológico, pero creo que con esto ya queda clara la idea esencial: la utilidad del modelo de las emociologías. 

Ante cualquier problema (revueltas en Chile, ascenso del bolivarianismo, nacionalismo...) no debe faltar el análisis emociológico: estudiar qué emociologías (prejuicios) están implicados, qué medios de comunicación las despliegan, quién manda en esos medios (financiación...) y qué actores políticos se benefician y qué otros actos realizan estos actores. 

Y si el análisis da una foto coherente, con muchas coincidencias... es que no son coincidencias. Es que es la estrategia de un grupo manipulador.

Aunque la teoría de las emociologías no permita determinar los responsables últimos (no se pueden inventar, ya que caeríamos en teorías conspirativas) sí se puede valorar lo que se conoce. Por ponerlo con un símil: no permite identificar al culpable último pero sí entender qué se está cometiendo un delito y en que consiste ese delito.


¿Conclusión? El modelo de las emociologías aporta herramientas para mejorar el análisis político y la propuesta de medidas prácticas.


Un par de ejemplos
 - de análisis: Resumen de la intriga nacionalista en España
 - de propuesta de medidas prácticas: Las emociologías frente a la intriga nacionalista 


(nota: tengo pendiente de actualizar la propuesta de solución, dado que ha quedado un poco anticuada tras victoria de Sánchez y su cada vez más explícito acercamiento a Podemos y los nacionalistas)
 


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P.D.1: (24 nov 2019) Otro ejemplo de uso práctico de las emociologías en el análisis político.




domingo, 3 de noviembre de 2019

La función de los privilegios en las emociologías


Los políticos manipuladores, que utilizan para sus estrategia el despliegue de emociologías (los esquemas de prejuicios que buscan separar la sociedad en bandos y enfrentarlos), suelen colocar a uno de los bandos en el papel de víctima.



 Algo que vale para estas emociologías tan evidentes (populismo, nacionalismo...) pero también para otras menos reconocidas como tales. Como por ejemplo las asociadas a lo políticamente correcto.




El feminismo frentista considera a las mujeres víctimas, el anti-racismo correcto trata a algunas razas como en permanentemente desventaja...

Este es un planteamiento ya de por si distorsionado, puesto que presupone una especie de inevitable pecado original: se haga lo que haga hoy, la sociedad es injusta con ese colectivo. Algo muy perjudicial para la sociedad, a la que enfrenta, y para el colectivo en cuestión, que se visualiza a si mismo como marginal y victimizado.

De esta distorsión suelen derivarse, además, una perversión, los privilegios:

 - Si las mujeres son agredidas por ser mujeres... deberán ser creídas a menos que se demuestre lo contrario (pasando de un liberador #MeToo a un sectario #YoTambienTeCreo: Feminismo ¿liberador o frentista?)

 - Si los negros sufren racismo, se deberá facilitar su acceso a puestos públicos.

 - Si los vascos y catalanes han sido maltratados por una España centralista y cruel... deberán tener más financiación y competencias y derecho a adoctrinar en su territorio. 

 - ...

El problema es que ¿acaso no se trataba de que nadie tuviese privilegios/discriminación por razón de su sexo, raza, lugar de nacimiento...? 

Al promover los privilegios, aparentemente por una noble y altruista motivación, el manipulador en realidad está promoviendo la separación y enfrentamiento.

  + Separación: al otorgar a un grupo unas condiciones distintas... lo diferencia explícitamente en el día a día.

 + Enfrentamiento: al privilegiar a unos frente a otros... se asegura que tarde o temprano se enfrentarán. El agravio comparativo es una forma de injusticia y no hay privilegio que no suponga una discriminación para otro. 


Un enfrentamiento que el político manipulador promueve interesadamente, ya que espera que le proporcione evidentes réditos electorales. Solo hay que observar su utilización en campaña.