domingo, 3 de noviembre de 2019

La función de los privilegios en las emociologías


Los políticos manipuladores, que utilizan para sus estrategia el despliegue de emociologías (los esquemas de prejuicios que buscan separar la sociedad en bandos y enfrentarlos), suelen colocar a uno de los bandos en el papel de víctima.



 Algo que vale para estas emociologías tan evidentes (populismo, nacionalismo...) pero también para otras menos reconocidas como tales. Como por ejemplo las asociadas a lo políticamente correcto.




El feminismo frentista considera a las mujeres víctimas, el anti-racismo correcto trata a algunas razas como en permanentemente desventaja...

Este es un planteamiento ya de por si distorsionado, puesto que presupone una especie de inevitable pecado original: se haga lo que haga hoy, la sociedad es injusta con ese colectivo. Algo muy perjudicial para la sociedad, a la que enfrenta, y para el colectivo en cuestión, que se visualiza a si mismo como marginal y victimizado.

De esta distorsión suelen derivarse, además, una perversión, los privilegios:

 - Si las mujeres son agredidas por ser mujeres... deberán ser creídas a menos que se demuestre lo contrario (pasando de un liberador #MeToo a un sectario #YoTambienTeCreo: Feminismo ¿liberador o frentista?)

 - Si los negros sufren racismo, se deberá facilitar su acceso a puestos públicos.

 - Si los vascos y catalanes han sido maltratados por una España centralista y cruel... deberán tener más financiación y competencias y derecho a adoctrinar en su territorio. 

 - ...

El problema es que ¿acaso no se trataba de que nadie tuviese privilegios/discriminación por razón de su sexo, raza, lugar de nacimiento...? 

Al promover los privilegios, aparentemente por una noble y altruista motivación, el manipulador en realidad está promoviendo la separación y enfrentamiento.

  + Separación: al otorgar a un grupo unas condiciones distintas... lo diferencia explícitamente en el día a día.

 + Enfrentamiento: al privilegiar a unos frente a otros... se asegura que tarde o temprano se enfrentarán. El agravio comparativo es una forma de injusticia y no hay privilegio que no suponga una discriminación para otro. 


Un enfrentamiento que el político manipulador promueve interesadamente, ya que espera que le proporcione evidentes réditos electorales. Solo hay que observar su utilización en campaña.


 

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