sábado, 23 de diciembre de 2017

Los medios de la derecha


Apenas comenzaba la primera legislatura de Rajoy, cuando los medios de la derecha retomaron su lucha por el control del PP. Cuestión de negocios.

En las autonómicas andaluzas de 2012 mostraron ya su fuerza. Al grito de Rajoy mentiroso (por subir los impuestos), las encuestas viraron y la mayoría de cambio que auguraban... se esfumó, manteniéndose quien siempre había gobernado.

Desde entonces hemos navegado atravesando tempestades de Rescate, de Cajas y Eléctricas que estallaban, laberintos imposibles de paro, déficit y decrecimiento simultáneos, crecimiento mundial de los populismos... y a estos medios no les ha temblado el pulso, su objetivo principal se ha mantenido en todo momento: derrotar a Rajoy.

Estuvimos, incluso, en un tris de caer en un gobierno liderado por las facciones más populistas de la izquierda y el nacionalismo, al que temerariamente abrió una rendija Ciudadanos con su oferta a Sánchez. Pero, quienes no temblaron ante la llegada de Zapatero cuando luchaban contra Aznar, tampoco se frenarían ante esto.



La última, de momento, han sido las elecciones catalanas. Meses, años más bien, de acusaciones al PP de Rajoy de cobardía, traición, entreguismo... ya se sabe, lo habitual en toda campaña de desprestigio. Sólo hay que comparar el tratamiento a Cs en la prensa afín a Rajoy y el tratamiento a Rajoy en la prensa que apoyaba a Cs. No creo que sea necesario desarrollarlo. Unos supeditaban el partidismo a un objetivo de interés superior... los otros, no.
 
E igual que tuvimos que sufrir los 5 millones de parados por un gobierno irresponsable, ahora los catalanes no nacionalistas tendrán que sufrir durante unos años más a un gobierno que no les tiene en cuenta salvo para asegurarse su arrinconamiento.

Pongamos en negro sobre blanco lo obvio: acomo las luchas internas de poder del PSOE descomponen a la izquierda, dando cabida a las emociologías filonacionalista y populista de izquierdas, de igual forma las guerras de medios en la derecha dan cabida a las emociologías antinacionalista y esencialista, descomponiendo a la derecha.
No es cuestión de quién sino de cómo.

E igual que no hay nada más perjudicial para la gente con problemas económicos que el populismo de izquierdas. Igual que no hay nada que destroce más Cataluña que los prejuicios nacionalistas. Lo mismo le ocurre a España con quienes se pasan el día acusando de falta de lealtad




Dicen que Dios ciega a quien quiere perder, y me parece que es una idea que casa bien con las emociologías. Exagerar es la mejor manera de cegar a quien ya le emociona algo, sea este algo la empatía hacia los perdedores, la exaltación de los lazos grupales o la sospecha ante los desleales.

La partida sigue, la de siempre y la de todos, entre la responsabilidad y el sectarismo distorsionador.

 Emociologías


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P.S. (19 abril 2018) Un interesante artículo de Luis María Ansón en El Mundo, uno de esos periódicos en permanente campaña contra el PP de Rajoy. En él viene a reconocer dos ideas importantes:
 1- que el crecimiento de Cs a costa del voto tradicional al PP no se debe tanto a los hechos como a la interpretación que de ellos hace la prensa.
 2- que esto se debe a intereses: "Los partidos de oposición manejan tal vez el 70% de la opinión en los medios de comunicación". Es decir, el problema de Rajoy estaría en no haberse ganado como aliados a los medios... ¿es razonable que sea esto lo que determine el éxito de un político?

Es verdad que Giscard d'Estaing ganó las elecciones a pesar de la implacable campaña en su contra de la televisión francesa. Lo es también que Aznar se alzó con la victoria en 1996 frente al grupo Prisa, que quiso dejarle sonaca y le persiguió con saña, negándose el expresidente, incluso, a conceder una entrevista al diario El País. Pero se podían poner cien ejemplos de lo contrario porque resulta innegable que los medios de comunicación moldean la opinión pública en proporción considerable. Y eso lo saben muy bien los periodistas de la palabra indócil.

Rajoy, indiferente ante el alud periodístico multiplicado hoy por los medios digitales y las redes sociales, no ganó propiamente las elecciones del año 2011. Las perdió Zapatero. Desde entonces vive en el voluntarismo político. Cree o le hacen creer que pasará lo que a él le gustaría que pasase. Y así le luce la encanecida barba. Ha hecho una excelente gestión económica. Se instaló en la madriguera monclovita con un déficit que rozaba los dos dígitos, un paro acongojante, una prima de riesgo que se encaramó hasta los 638 puntos y una troika amenazadora, dispuesta a intervenir España. Hoy el déficit está embridado conforme a las exigencias europeas, el paro desciende en 500.000 personas al año, la prima de riesgo se mueve por debajo de 100, la troika se ha quedado chasqueada y Europa bordonea atónita ante el éxito económico español.

La gestión política, sin embargo, está rozando el desastre y por eso las encuestas certifican ya el sorpasso de Ciudadanos. Dispone Rajoy directamente de varios centenares de profesionales de la comunicación en presidencia, vicepresidencia, ministerios, empresas públicas y otros organismos. Ante su asombrosa inoperancia, ha ganado la partida en la opinión pública europea el trilero Puigdemont. Asistimos ahora al espectáculo de que una cuestión relativamente menor en la Comunidad de Madrid desborda en los medios de comunicación al mayor escándalo de corrupción -el de los eres- que ha padecido España. Algunos dirigentes socialistas se han forrado los bolsillos trincando en Andalucía cerca de mil millones de euros de dinero público destinado a aliviar la situación de los trabajadores. Los partidos de oposición manejan tal vez el 70% de la opinión en los medios de comunicación. Los peperos permanecen instalados en la soberbia, la prepotencia y el desdén. Tienen algo de percebes incrustados en las grietas del poder.
 

2 comentarios:

  1. Es difícil encontrar un análisis tan acertado de la oculta realidad. Enhorabuena por tu libertad.

    Un murciano.

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