sábado, 13 de abril de 2019

Estrategias de distorsión


En política, como en las relaciones humanas en general, los detalles de las situaciones cambian pero las estrategias se repiten. Utilizaré esta entrada del blog para ir llevando una lista de las estrategias manipuladoras más utilizadas en política. Como tal, es de esperar que esta entrada evolucione con el tiempo. No tengo prisa. Y, por supuesto, son bienvenidas sugerencias, críticas y correcciones.

Estrategias de distorsión más habituales:

 - Pedro y el lobo: consiste en asustar con un peligro fantasioso tapando con ello un peligro real. Algo que, como en el cuento infantil, suele acabar mal, al descuidar el peligro real.

Un ejemplo podría se el de avisar del peligro de una imaginaria ultraderecha mientras los nacionalismos están en plena estrategia de secesión. O prevenir frente a Trump mientras crecen las dictaduras China o Rusa:



 - Quien reschista, machista: consiste en distorsionar para provocar una respuesta difícil de defender. Realizar un enunciado o acción distorsionada para conseguir respuesta que luego sea difícil de defender.

Por ejemplo.
Partido A enuncia: las mujeres deben ser defendidas de los hombres porque son violadores en potencia.
Partido B entra al trapo: los hombres no son violadores.
Partido A aprovecha la respuesta: veis cómo el partido B es machista, intenta impedir que defendamos a las mujeres de las agresiones.

Y claro, lo dicho por B es real. Pero inoportuno y difícil de defender si luego te lo reproducen cada vez que la prensa saque la noticia de una violación.

Es una trampa difícil de evitar cuando quién provoca dispone de mayoría mediática. Si no se responde a la provocación, se acepta implícitamente la distorsión. Si se responde, es fácil malinterpretar la respuesta y usarla en su contra.

Por eso se utiliza principalmente por quienes tienen una mayoría mediática. Ya que esto es lo que permite que cale mayoritariamente la distorsión de la respuesta.

Otro ejemplo: las provocaciones desde el nacionalismo suelen ser constantes.  ¿Para qué? Para conseguir respuestas que luego puedan ser utilizadas como supuesta demostración de la maldad de sus enemigos.

Recordemos a Rajoy con las constantes provocaciones del Procés:
 - Cuando no respondía a las provocaciones, se le descalificaba como cobarde o traidor.
 - Cuando respondía se le descalificaba como agresivo y poco dialogante.

No hay salida fácil cuando se tiene una mayoría mediática en contra. Hay quién opta, como hizo Rajoy, por limitar daños y responder solo cuando es imprescindible. Hay quien intenta lo contrario, como hacen Vox o Trump, responder siempre para que el público vaya reconociendo la distorsión utilizada para provocar.
¿La peor respuesta posible? intentar alinearse con la provocación inicial, repitiendo uno mismo la distorsión. Algo así han intentado a veces algunos dirigentes del PP, repitiendo ellos mismos enunciados feministas o nacionalistas distorsionados. Está condenado al fracaso, se alimenta algo que acabará siendo utilizado en su contra.

 - Acusar de lo que uno hace:

 - Y tú más:

 - 

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