domingo, 25 de diciembre de 2016

Emociología, ejemplos de uso: Artur Mas


En la página: "Emociologías" defino un concepto que facilita un análisis político más completo, ya que aporta el enfoque en las emociones (en concreto en las distorsiones cognitivas subyacentes a la manipulación política)

La página: "Mapa de emociologías" ofrece un listado de las principales emociologías presentes en la sociedad española.

Mi intención ahora es ir mostrando algunos ejemplos de análisis político utilizando este concepto de emociología. Empecemos por Artur Mas.


Artur Mas
Escenario:
Artur Mas es un político aupado al liderazgo del partido (CiU) por otra persona (Jordi Pujol) que lo apoya sólo como líder de transición, probablemente en espera de que su hijo (Oriol Pujol) estuviese preparado para optar al puesto.

La sociedad catalana lleva décadas sufriendo una fuerte difusión de distorsiones políticas, es un hervidero de emociologías:
  - nacionalista: promovida y representada por CiU,
  - secesionista: ERC,
  - filo-nacionalista: PSC,
  - anti-nacionalista: PP.

Jugada:
Antes de ser sustituido por Oriol, Mas arrastra al partido de posiciones nacionalistas a secesionistas. Con esta jugada busca tres objetivos:

  - Apoyo interno, aprovechando que en las bases y cuadros del partido está ya muy desplegada las emociología secesionista.

  - Apoyo parlamentario de ERC, que no podrá rechazar el regalo de ver promocionada la emociología que ellos representan. Es decir, Mas paga el apoyo con un transvase de su electorado.

  - Reacción exagerada del gobierno del PP, que Rajoy no podrá evitar sin ofrecer un flanco al anti-nacionalismo. Gracias a esta reacción, Mas espera conseguir un apoyo parcial de un PSC filonacionalista.


Es decir, apoyo interno y un apoyo externo equilibrado (ERC a un lado, PSC al otro) gracias a un "enemigo" común (un PP que desbarra).


Es lo que yo llamo una estrategia de "conductor al abismo": un líder que se sostiene aprovechando emociologías preexistentes irresponsablemente desplegadas y arriesgándose a llevar a la sociedad a posiciones peligrosas.

 
Resultado:
La jugada no ha funcionado porque el gobierno de Rajoy se ha resistido a adoptar la baza de la emociología anti-nacionalista. No hay respuestas airadas a las provocaciones, no hay boicots a los productos catalanes, no hay recogidas populares de firmas... no hay escalada emocional..

Así que la consecuencia es:

 - Mas no se mantiene en el liderazgo de CiU, que además se desmorona al no poder contener la fuga de votos hacia el representante de la emociología secesionista, ERC.

 - ERC crece (casi) todo lo que cae CiU. 

 - El PP es atacado por el flanco de la emociología anti-nacionalista, bastante desplegada entre su electorado, y no consigue crecer por la vía natural en el papel de representante del seny abandonado por CiU.

 - El PSC se mantiene a la espera, ya que la falta de reacción extrema del PP le impide asociarse a CiU, pero la falta de fuerza del PP le evita tener que apoyar claramente al gobierno.

 - Cs se beneficia temporalmente de la falta de un abanderado claro contra los excesos secesionistas.


Futuro probable:
Si lo que está en marcha sigue su curso, la situación tenderá a calmarse. La excitación emocional no se mantiene sin refuerzos, y para eso CiU (PDECat) y ERC no son suficientes.

Mi pronóstico es:
  - PP y Cs se mantienen en la estrategia actual, a pesar de las presiones sobre ambos desde el anti-nacionalismo.
  - PSOE consigue evitar la deriva que intentó liderar Sánchez
("Las aventuras de Sánchez y Mas, parecidos y diferencias") y se alejará aun más de los discursos filo-nacionalista y populista de izquierdas. - Podemos intentará recoger en lo posible el voto filo-nacionalista.
 - ERC se mantendrá poco activo para evitar perder (asustar) el voto recién llegado al secesionismo desde el nacionalismo (sufrirá un cierto desgaste desde el anti-sistema de la CUP, pero pequeño).
 - CiU renunciará a la emociología secesionista o desaparecerá.

Es decir, salvo que PP-Cs-PSOE descarrilen, el incidente secesionista en Cataluña parece que se irá disolviendo. Quedando un buen precedente, como en el País Vasco con Ibarretxe, del peligro para los partidos nacionalistas de acercarse en demasía al secesionismo. 


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