sábado, 9 de julio de 2016

Democracia no es gobierno del pueblo


El gran error de la democracia es la interpretación etimológica estricta. No es el gobierno del pueblo. Es un sistema en el que el voto ejerce de regulador. Por mucho que los políticos, interesados en halagar al electorado, nos repitan los contrario.

La democracia real es una partitocracia reglada (ley), con poderes separados contrapesados y con la competencia regulada por la opinión pública.

El gobierno, como toda actividad humana, precisa de conocimiento, dedicación, práctica... por eso la democracia directa no funcionaría. También por esto las consultas no acordadas por los partidos resuelven nada.

Son los partidos quiene deben dirigir a la sociedad. Y en cuestiones importantes no fiarse siquiera de los partidos. De ahí que haya procedimientos para modificar la Constitución con mayorías superiores al 50%, renovación de cámaras y confirmación...

Vale para los nacionalismos, de forma evidente, cuando pretenden saltarse la ley.

Pero también vale para consultas como la del #Brexit o la escocesa. Serán legales pero son imprudentes. Deja todo en sistema abierto a que un político desaprensivo o temerario lo desmonte. 

Por esto también son muy poco de fiar los sistemas confederales. Dejan demasiado poder en manos de los partidos. Y no, no son de fiar, es obvio que tienen intereses propios.








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P.S.2: (26 julio 2016) Un artículo en línea.
Josep M. Colomer: Oligarquía o demagogia 
"En territorios grandes con sociedades complejas y problemas difíciles, la democracia directa y participativa degenera, como vemos en los referendos y populismos de diversa factura. La alternativa es el gobierno de los partidos"

 Aunque en realidad yo no veo la partitocracia como una forma de oligarquía ya que el sistema es abierto (en términos de Popper). No es comparable a la aristocracia, por poner un ejemplo. Pero tiene cosas de interés.


 P.S.1: (10 Julio 2016) En El País hoy. En línea con lo que publiqué ayer.
   FIEBRE DE REFERENDOS La Europa plebiscitaria

 

3 comentarios:

  1. Don Carlos :
    Aunque llevo una temporada terríbilis en todo, y no quiero saber nada de Política, de vez en cuando, cuando tengo un día más descansado y más optimista, aquí que me vengo a leerle, que explica las cosas de forma que incluso yo las comprenda.

    No se desanime, por favor, y siga, aunque le parezca que no renta. Que a algunos nos resulta como un trago de oxígeno lo que usted escribe.
    Aunque no digamos nada...
    Y, Por supuesto
    GRACIAS

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    1. Gracias doña viejecita,

      Es cierto que desanima un poco el no tener respuestas. O al menos no anima como lo haría el tenerlas ;-)

      Pero mi parón de debe sobre todo a que empiezo a tener la sensación de que ya tengo todo dicho, a que se vuelve repetitivo. Todo lo que se me ocurra, claro.

      A mi me gustan las ideas de fondo y de hecho me veo muchas veces colocando enlaces a entradas pasadas.

      La democracia real sigue siendo la misma, sus enemigos tamcién los mismos (emocionales), las recetas las mismas (límite de mandatos, evitar estrategias "anti", favorecer el pluralismo integrador...)

      Y las situaciones evolucionan pero lentamente. Hoy a Putin se le acerca Erdogan, pero siguen en lo mismo.

      En España los nacionalistas aun no han virado, el PSOE tampoco ha resuelto su crisis de liderazgo y quienes desde la derecha liberal atacan al PP de Rajoy también siguen ahí.

      Así que me falta un poco de masa sobre la que trabajar y entonces la actividad se vuelve viciosoa, de mera adicción.

      Pero tampoco tengo intención de dejarlo por completo. Tan solo de dejar el hábito del comentario diario.


      Y por no ignorar lo realmente importante, ya siento que esté pasando una mala racha. No sigo el blog de Santiago y no me entero del día a día de la gente. Pero espero no sea nada grave.
      Si es solo desánimo, mis ánimos. Es usted una gran persona y la política tampoco va tan mal, es sólo un tanto desastrosa, como siempre ha sido... cuando no va mal ;-)

      Un abrazo,

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    2. ¡Muchas gracias!

      Ya quisiera yo que solo fuera la dichosa política.

      Un abrazo

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