La política es (o debería ser) una función como la de los bomberos o la medicina. Los profesionales de los partidos políticos, empleados públicos temporales, se encargarían organizar y gestionar la cosa pública para favorecer lo que la gente consideramos bueno. La paz y la concordia social, la prosperidad, la colaboración y coberturas públicas, las reformas... Esas cosas.
Solo que no es una obviedad el cómo elegir y controlar a quienes luego mandarán sobre prácticamente todo.
En ese escenario, por seguir con el símil de la medicina, el nacionalismo sería como un médico que te ofreciese "un cambio de verdad". Que dijese: "Deje la medicina clásica, esa tan habitual entre los españoles, y siga mi tratamiento radical e integral. Podrá ser lo que realmente siempre ha estado destinado a ser: Robert Redford".
El radicalismo social a su vez se parecería a aquellos que razonan que nuestros males provienen de las vacunas. Que todos tendríamos naturalmente una saludo de hierro si no fuese por la maldad codiciosa de las empresas de vacunas, que nos intoxican. Y ¿quién dice que los anti-vacunas no se podrían aliar con los vegetarianos?
Así surgiría la agrupación de movimientos anti-capitalistas, anti-partidos... todos unidos por la esperanza en soluciones mágicas cuya eficacia no ha sido comprobada nunca sino todo lo contrario. Contra el progreso en realidad.
Y claro, si uno llega a creerse que Cataluña es Noruega ¿cómo se demuestra que no es así? Sobre todo si se argumenta que es un sentimiento. Y que si muchos lo sienten pues algo habrá. Además, como diría en su día Ibarretxe, ¿qué hay de malo en ello?
Pero lo malo en realidad es obvio. Cataluña, después de separarse del resto de España, seguiría siendo Cataluña. Con sus características, sus miserias y sus bondades. Solo que un poco más aislada, un poco menos influyente, en un entorno un poco más hostil. Es decir, la misma Cataluña pero más pobre y aislada. Y con una clase política que si ha sido capaz de arrastrar a este desastre a la sociedad ¿qué harán cuando no tengan las contenciones que ahora marcan España y Europa?
Por volver a las metáforas ¿Se puede vivir sin bazo? Imagino que sí. Pero pasar por el trauma y peligros de extirpárselo solo porque... no, no hay ningún por qué real, solo porque hay quienes dicen que se puede vivir sin él y que casualmente viven de extirpar bazos.
Respecto del radicalismo mágico... se puede argumentar que al actual curandero venezolano no parece que le salgan las cuentas. Que no se conoce un solo caso en el que haya funcionado. Pero me da que no. Que no sirve tampoco. Syriza, con todo lo destrozado sigue ahí, liderando las encuestas.
Así que a veces me pregunto. ¿No hay manera de advertir a la sociedad sobré qué es medicina y qué no? ¿Qué es política y qué no? ¿De quien sería esta función, de unos Medios de Comunicación totalmente relacionados con los partidos políticos?
Cuando uno va al médico elegirá uno más caro o barato, podrá ser honrado o no, simpático o desagradable. Cuidadoso o un desastre. Con referencias o sin ellas. Pero será un médico y practicará las técnicas de la medicina.
Parece que esto no es tan sencillo con la política.
Pero hay algo básico que siempre podremos tener en cuenta. El cumplimiento de la ley. Un político que pretenda situarse por encima de la ley, que apele a una supuesta legitimidad por encima de la legalidad, no es un político democrático. Es un peligro público.
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P.S.1 (12 Sept 2015) Ayer se realizó la Diada catalana y cientos de miles de personas se manifestaron a favor de la secesión. Uno podría pensar que esto demuestra que la cosa tiene sentido ¿no? Que al menos por respeto intelectual a tanta gente habrá que considerar que algo tendrá.
Pero creo que no. Que es al revés. Es la confirmación de lo que es el nacionalismo. No es una forma de gobierno, es una herramienta de movilización. Como el justicialismo o las religiones. Y justo por lo poderosas que son para movilizar y agrupar a la gente es por lo que son tan peligrosas para la democracia, que es esencialmente limitación en el poder. Sometimiento a las reglas de juego, reparto de funciones, tiempo de gobierno marcado...
Lo que demostró la manifestación de ayer es que esas herramientas de movilización funcionan incluso en el seno de Europa. En una de las zonas más prósperas, libres y seguras del mundo. E incluso con los más privilegiados de estas zonas como pueden ser los ricos y famosos futbolistas. En el corazón humano hay marcados a fuego unos sentimientos de justicia (izquierda), de pertenencia al colectivo (nacionalismo) y de pureza (religiones) que nos vuelve manipulables por el poder político.
Yo no digo que la justicia esté en la izquierda, el aprecio al grupo en el nacionalismo, o la pureza en la religión. Pero creo que las tres pulsiones humanas justicia/colectivo/pureza dan lugar a tres potentes herramientas de manipulación social izquierda/nacionalismo/religiones. Un peligro.
P.S.2: (12 Sept 2015) Echando un ojo a la prensa sobre la Diada veo un lugar común. Se resalta, aparte de la fuerza del independentismo (ver P.S.1), el civismo y buen rollo con que se ha comportado la enorme masa de personas.
Este segundo aspecto creo que muestra también algo sobre el absurdo subyacente. No hay verdaderas necesidades detrás de la movilización. No hay gente oprimida, maltratada, no hay problemas vitales reales.
Es cierto que los promotores de la manifestación lo resaltan para mostrar que no están lanzando hacia la violencia a la gente que movilizan. Para intentar validar la "bondad" de su movimiento. Dice algo así como: "somos fuertes pero no agresivos".
Pero aunque eso sea de agradecer no es garantía de nada en el futuro. Y lo que sí permite es ver los problemas, la tensión real de la gente que se manifiesta. Y no, no parece que sean una población oprimida, la verdad.
P.S.3: (12 Sept 2015) Sobre la comparación del nacionalismo con los fascismos y demás. Creo que ahí se suelen confundir dos planos. El de la obtención del poder y el de las acciones realizadas mientras se manda.
Nosotros solemos criticar al los fascismos/comunismos/yihadismos por sus actos de gobierno. Y en ese sentido no se pueden comparar las salvajadas que se ha visto que hacen con lo que puedan estar haciendo los radicalismos ideológicos en España.
Pero si atendemos a la manera en que obtienen el poder quizá si se pueda establecer alguna comparación siempre y cuando sea cuidadosa. La utilización de herramientas de movilización que sobrepasan el equilibrio y limitación de poderes es la vía para obtener esa fuerza que luego permite hacer cualquier cosa. Y en ese sentido hay una semejanza. En la enorme capacidad de movilización demostrada y en la pretensión de no estar limitado por la ley, de que su único límite sea la legitimidad que ellos mismos aprecien como correcta. Es decir, hay un movimiento político que aspira a tener la fuerza y a la vez marcar las reglas de juego.
¿Es fascismo? No. Por supuesto que no. Pero es un peligro puesto que aspiran algo no democrático. A un poder solo limitado por su capacidad de movilización popular. A un poder limitado tan solo por su fuerza. La democracia no es solo votar. La democracia precisa limitación del poder y sometimiento a la ley.
P.S.4 : Yo entiendo radical como un concepto asociado al cambio. Radical, de raíz, cambio de raiz. No como que sea extremo, una posición. Pero no pretendo discutir de semántica.
A mi el liberalismo no me parece ni radical ni extremo. Me parece que es el tipo de economía que ha dado lugar a la prosperidad de las democracias liberales. Y la socialdemocracia una excelente vertiente de la democracia que propone utilizar socialmente, con altos grados de solidaridad y colaboración, esta prosperidad. Ambos me parecen positivos y saludables.
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