sábado, 4 de noviembre de 2017

El Procés ha muerto, vivan la elecciones

Después de tantos meses de excesos políticos, de emociones excitadas con declaraciones flamígeras, provocaciones y advertencias, queda una sensación de vacío, de fin de fiesta, incluso de resaca. 
Todo lo que tenía que pasar ya ha pasado... y no era para tanto.

Al menos no era para tanto desde punto de vista del nacionalismo. No ardieron las calles ni se boqueó toda actividad. No hubo reacción del mundo ante la terrible opresión a un pueblo en su lucha de liberación; como pedía el vídeo: Help Catalonia, save Europe.
 



Ha resultado que era el resto de catalanes quienes sentían la presión de vivir en una olla nacionalista y necesitaban desahogo. Ha sido esta Cataluña la que ha reaccionado y alzado su voz por primera vez. Con dos grandes manifestaciones y Manolo Escobar enfrentado las cazuelas en las terrazas (La Cataluña silenciada rompe sus cadenas). Con la defensa de las tres banderas oficiales, como muestra de voluntad de vivir sin prejuicios, sin que unas banderas excluyan a otras (Banderas y minifaldas)





Queda ir a elecciones, no más. Unas elecciones en las que ya no se jugará con la épica del choque de trenes, del choque entre gobiernos. El fracaso de la DUI, la aparición de la Cataluña no nacionalista y la aplicación del 155, han marcado unos nuevos límites al terreno de juego.
En las elecciones del 21-D, lo principal en juego es si se empieza o no a limpiar la herida causada por casi 40 años de prejuicios nacionalistas. Unos prejuicios que infectan ya toda la vida social catalana.


Así que, desde el punto de vista de las emociologías, de los prejuicios emocionales, ¿qué oferta electoral tenemos?

 - Secesionistas: Propugnan seguir encendiendo emociones. Movilizar en las calles y promover el enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas. Y, por supuesto, aprovechar la baza del victimismo que ofrecen los dirigentes políticos presos, que ese y no otro era el objetivo último de la DUI: tener una excusa potente para avanzar en el enfrentamiento social.
Parece claro que CUP y ERC seguirán esta línea. PDeCAT... no es fácil saber, ni siquiera es fácil saber si no desaparecerá el propio partido.

 - Nacionalistas: Su estrategia consistía en calentar la olla desde abajo pero sin apoyar el enfrentamiento directo. Seguir alimentando prejuicios anti-España en todos los ámbitos de la vida social, pero manteniendo unas relaciones constructivas con quienes representan España dentro y fuera de Cataluña.
Una posición difícil de mantener a día de hoy, la sociedad está ya tan caliente que es difícil mantener el fuego y que no salte la válvula de presión. Tan difícil que no es claro que vaya a haber quien lo defienda, por mucho que algunos en PDeCAT deseen volver.

 - Filonacionalistas: Ofrecen dejar la cosas como están, congelar la foto. Mantener los prejuicios nacionalistas pero sin calentarlos activamente desde la Administración pública. Una posición difícil, que obliga a decir una cosa y la contraria a la vez, ya que sufrirán presiones desde ambos lados. Desde el lado nacionalista, que les afeará la falta de coherencia con esos prejuicios que mantienen. Desde el no nacionalista, que les exigirá cumplir con la imparcialidad ideológica que toda Administración debería mostrar. 
Sin duda Podemos está en esta posición. Y el PSC... al menos una parte importante del PSC también está aquí.

 - No nacionalistas: Proponen ir limpiando la sociedad de prejuicios nacionalistas. Sin buscar el choque pero sin ser "equidistantes" entre el prejuicio y el no prejuicio ni permisivos con los incumplimientos de la ley.
Sin duda el PP de Rajoy está hoy ahí y por lo tanto también el PP catalán. Es claramente mayoritario en Cs. Y probablemente sea la opción de la mayoría del PSOE y de una minoría del PSC.

 - Antinacionalistas: Proponen entrar a choque contra los prejuicios nacionalistas, sembrando prejuicios de signo opuesto. Alimentando un enfrentamiento que sostienen que es la única opción digna, ética.
Ahí se encuadra VOX y alguna que otra vez parece tentar a Cs. Y es sin duda la apuesta de los medios de comunicación de la derecha en campaña contra Rajoy (El Mundo, LD...)





¿Mi valoración?
Que lo que nos jugamos el 21-D es principalmente si se inicia la limpieza de prejuicios.

La balanza dependerá más de la fuerza del filonacionalismo que del victimismo, ya que el victimismo tan sólo radicalizará un prejuicio nacionalista ya existente.
Por decirlo de una forma vistosa: sólo favorece a ERC y CUP frente a PDeCAT. A los secesionistas frente a los ya casi inexistentes nacionalistas.

Es el filonacionalismo quien proporciona a la distorsión victimista su verosimilitud (al ser un prejuicio apoyado por alguien no nacionalista) y su verdadera fuerza: coactiva, empujando hacia la permisividad.
Pero las manifestaciones de banderas blancas tampoco hacen pensar que el filonacionalismo esté en boga.

En menor medida, el antinacionalismo también afectará sobre el resultado final. Pero su única influencia será la capacidad de desgaste de PP y Cs, tras 5 años no parece que pueda modificar sus líneas de acción.
 
/***/

Nota: fotos resumen de los prejuicios de las distintas emociologías:
 

















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