sábado, 6 de agosto de 2016

Emergentes: Regeneración, recambio, obstáculo.


No hay que dar muchas vueltas al origen de los emergentes para ver que UPyD nació como elemento regenerador del sistema.  Función que, por cierto, cumplió sobresalientemente. Tanto en la denuncia del nacionalismo obligatorio como de la corrupción sistemática.
Chapeau.

Pero UPyD jamás apuntó a ser un partido de gobierno. Ni lo buscaba ni tenía las características necesarias para ello. Su intransigencia, tan sana y útil a la hora de denunciar para regenerar, le dificultaba las cesiones necesarias para acordar.

Así que quienes vieron en la aparición de un nuevo partido la oportunidad para crearse los suyos propios, dieron lugar a Podemos y Ciudadanos. Partidos que, no nos equivoquemos, nunca han pretendido ser un complemento regenerador. El bipartidismo, afortunadamente a mi modo de ver, está sólidamente cimentado en nuestra ley electoral y un partido “complemento” habrá de ser transitorio.

Desde el inicio Podemos ha buscado reemplazar al PSOE y Ciudadanos al PP. Siempre ha sido obvio aunque no abiertamente declarado. Así se explica que el objetivo de Podemos fuese el sorpasso. O que Ciudadanos se aliarse sin problemas con PSOE, el distinto, para arrinconar y debilitar al PP. Pero no acepte aliarse
en condiciones de inferioridad con el PP, el partido a suplantar.  O esa obsesiva y poco higiénica campaña personalista contra Rajoy, piedra clave del PP a día de hoy.

Todo se entiende bien si se les ve como suplentes queriendo tomar la alternativa. Se entiende
el discurso, aprovechando la rampa de lanzamiento de la regeneración que estableció UPyD. Y la estrategia, buscando el mero reemplazo de los partidos de gobierno.

Nos queda el qué son, lo conseguido. Qué función están cumpliendo para la sociedad en la práctica.
Ahí la realidad es cruel y limitada, como suele. Apenas han conseguido otra cosa que obstruir el funcionamiento del sistema. No han reemplazado a los dos partidos tradicionales pero han disminuido temporalmente su cuota hasta impedirles ser claramente dominantes. Impidiéndoles gobernar, al no llegar los números, ni colaborar, al estar todos inmersos en una guerra de supervivencia.

Una chapuza, la verdad. Lo haya pensado o promocionado quien lo haya hecho.
Han bloqueado la regeneración, fracasado como recambio y acabado siendo tan solo un obstáculo.



nota: un enlace relacionado "El origen de los emergentes"

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