jueves, 21 de julio de 2016

Firmeza frente al nacionalismo y mano tendida a los nacionalistas


Últimamente arrecian las dudas sobre la firmeza de Rajoy frente al nacionalismo. Algo extraño si tenemos en cuenta que, a día de hoy, es el único presidente que no ha hecho concesiones nacionalistas.

Rajoy lleva diciendo lo mismo desde que accedió a la presidencia:
Mano tendida a CDC para que baje del monte pero no a una negociación con CDC que implique más nacionalismo. Sí a CDC pero no a más nacionalismo.

Para se aprecie la diferencia:
Sánchez, y no digamos Iceta, dicen justo lo contrario. Lo que proponen es más nacionalismo. Cambiar la Constitución, realizar consultas... Satisfacer a los nacionalistas en su nacionalismo.




Imagino que el que arrecien las dudas tiene fácil explicación si tenemos en cuenta la dura campaña mediática que, desde hace cuatro años, mantiene parte de la prensa "de derechas" contra el PP de Rajoy.




Creo que es obvio que hablar y pactar no es malo, es la manera de resolver los confictos una vez se tiene voluntad. Pero la negociación ha de ser para que los nacionalistas se acerquen al estado de derecho, no para que el estado de derecho se descomponga y siga adaptándose a un nacionalismo que ya ha demostrado su falta de respeto al diferente.
En esta estrategia constructiva, reparadora, el PP de Rajoy se encuentra con tres posibles obstáculos:

 - Los propios partidos nacionalistas. Este es el obstáculo que menos me preocupa. El PNV ya aprendió la lección con la locura de Ibarretxe y CDC está comprobando en su propio partido cómo lanzarse al monte les lleva a la autodestrucción.

 - El oportunismo tacticista de los partidos de izquierda. El PSOE o IU no son partidos nacionalistas (de Podemos poco puedo afirmar ya que no es un partido sino un conglomerado) pero tradicionalmente han aprovechado el nacionalismo para arrinconar al PP en parte del territorio. Esta estrategia ha sido el verdadero sostén del nacionalismo durante los últimos 40 años. Y es probablemente el mayor obstáculo para una solución definitiva.

 - El esencialismo aislacionista y disfuncional de parte de la derecha. Apoyando campañas de vetos, sectarismos, intransigencias... Unas campañas que han demostrado su capacidad tanto para dividir el voto de derechas (Ciudadanos, VOX) como para desanimar a los votantes (de ahí el subidón tras el susto movilizador del Brexit).
Una estragegia que tristemente recuerda la falta de aceptación del discrepante que también practican la izquierda o el nacionalismo más revanchistas.


Tres oponentes que sin duda, en la práctica, ejercen una acción conjunta, no coordinada pero sí combinada   


4 comentarios:

  1. Pues sí, Don Carlos.
    Y es una pena que los grandes partidos, tanto de derecha como de izquierda, no dejen un poco más de "aire" y de libertad dentro. Que pudieran estar integrados en el PP , distintos movimientos y tendencias, como el Movimiento Floridablanca, Libres e Iguales, COVITE, VOX, y, a su vez, que el PSOE admitiera la pertenencia a esos mismos movimientos por parte de sus militantes.

    Voy a buscar entre mis tesoros, un enlace a un viejo artículo de Gorriarán, en el ABC, que a mí me parece que iba en ese sentido.

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  2. Enlace :
    http://www.abc.es/hemeroteca/historico-29-03-2006/abc/Opinion/la-democracia-en-los-partidos_142928193204.html

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  3. Hola doña viejecita,

    No sé cómo funciona la militancia dentro de los partidos. Qué condiciones se ponen para permitir tener el carnet. Pero creo que aquí hay al menos dos temas:

    - La excesiva concentración de poder en el líder del partido.
    Esta creo que es real. Y se compensaría con limitación de mandatos y primarias. Al modo de lo que ocurre en los partidos de EEUU.
    Quien dirige un partido debe poder dirigirlo pero no eternizarse ni ser intocable.

    - Las corrientes de opinión internas
    Esas creo que las hay y no son un problema. Sólo hay que oír a Aznar o a Felipe González criticar desde dentro la línea oficial.
    Otra cosa son la posiciones de VOX, Libres e Iguales y demás. Eso no son opiniones diversas. Esos son grupos que hacen permanente campaña contra el partido. Al que acusan de traidor, vendido, carente de ética y demás sutilezas. A mi modo de entender son ellos quienes no quieren estar en el partido. Sus opciones son o hacerse con el partido o rechazarlo.
    Los partidos no tienen que funcionar internamente como parlamentos. No tienen que tener democracia interna en ese sentido.

    Yo no veo tan mal lo que hay salvo lo dicho, la limitación de mandatos y, quizá, sin duda con menos énfasis, las primarias.

    Un saludo,

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  4. Curiosamente hoy, en El Mundo, hay una noticia sobre el Movimiento Floridablanca

    "Roban toda la documentación del 'think tank' crítico del PP"
    http://linkis.com/www.elmundo.es/espan/JKVZg

    Ya se verá en qué queda

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