domingo, 28 de junio de 2015

El cóctel de distorsiones

 
Tras el Franquismo, nacionalistas, izquierdas y liberales iniciaron (o retomaron, según se quiera) la propagación de sus respectivas ideologías. Incluyendo los excesos publicitarios habituales de todos los partidos, con su punto de populismo victimista. Nada fuera de lo normal en democracia.
Pero en algunas zonas la confluencia de las distorsiones ha extremado en exceso a la sociedad. Nacionalistas e izquierdas han mantenido una colaboración tácita apoyada en su pasado común antifranquista. Un "yo apoyo tus distorsiones (los vecinos nos rechazan y agravian) y tú apoyas las mías (los ricos nos excluyen y oprimen)" que está llegando a ser autodestructivo. Como ocurre siempre con el populismo victimista cuando se le facilita extenderse sin contrapeso.
Dicen que Dios ciega a quien quiere perder. Y nada más fácil que cegar a alguien halagándole y haciéndole creer lo que ya cree, dándole siempre la razón.
 Conductores al abismo

La solución realmente buena, la más sana, no es iniciar nuevas campañas de propaganda que en el fondo refuerzan la idea que que esos agravios deben se ciertos (federalismo, confederalismo, polinacionalismo...). Que añaden confusión en vez de facilitar que la sociedad aclare sus ideas. La solución más sana para la sociedad es regenerar el mensaje.
Rebajar las facetas de victimismo agresivo y resaltar las de la democracia y la prudencia. El respeto a la ley y a las minorías también cuando no nos gustan, la importancia de los contrapesos de poderes, una prudente moderación por parte de los grupos dominantes...
Por eso la última estrategia de Unió (UDC) resulta interesante. Aunque está por ver cómo evoluciona tras haberlo utilizado para separarse de CDC.
 ¿Ha nacido la nacionaldemocracia?

Esta es a mi modo de ver la verdadera regeneración política que necesitamos en España. Más importante aun que la de la corrupción (que también lo es, claro). Y de hecho fue el hueco que favoreció la aparición de partidos como Ciudadanos (en Cataluña) o UPyD (en País Vasco). La necesidad que cubrían cuando nacieron.
Ciudadanos y upyd: Back to essentials  


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P.S.1 (13 Agosto 2015) Sin el PSOE esta locura actual no hubiese sido posible. Las acusaciones de franquista a quien discrepase de los planteamientos básicos nacionalistas, el demarraje de Maragall adelantando a CiU en extremismo, las puertas abiertas por Zapatero hacia un confederalismo inviable.. 
Por eso es importante la regeneración del PSOE Zapatero y la renovacion del psoe y también por eso a Podemos le tienta seguir la estela nacionalista y aprovechar para si su inversión durante tantos años en esta propaganda.

P.S.2: (26 Agosto 2015) Pedro Sánchez ha escrito una necrológica por Txiki Benegas (e.p.d.) en El País. Incluye la siguiente frase: “Pudo ser lehendakari, porque ganó las elecciones de 1986, y ofreció su derecho de primogenitura en aras de la convivencia y de la integración de todos los vascos.”
http://politica.elpais.com/politica/2015/08/25/actualidad/1440530994_525377.html


A mi esa frase me parece que casi tiene un punto de sarcasmo. En esa época el PSE se dedicaba a apoyar lo esencial de la propaganda nacionalista. Es la época en que se arrinconó (por decirlo suavemente) a todo aquel que no se plegase a las estrategias nacionalista. Hasta el punto que con el tiempo nació Basta Ya desde el propio entorno del PSE bajo el lema: "contra el nacionalismo obligatorio".  Ciudadanos y UPyD - Back to essentials

¿Cómo se puede hablar de integración de todos los vascos?

 Estos son los Presidentes que ha tenido el País Vasco, claramente el PNV no es quien necesitaba ayuda para ser integrado.
    1980-1985: Carlos Garaikoetxea Urriza (EAJ-PNV)
    1985-1999: José Antonio Ardanza Garro (EAJ-PNV)
    1999-2009: Juan José Ibarretxe Markuartu (EAJ-PNV)
    2009-2012: Francisco Javier López Álvarez (PSE-EE)
    2012-actualidad: Iñigo Urkullu Renteria (EAJ-PNV)


Resultado autonómicas 1986:
(EAJ-PNV)    José Antonio Ardanza 17
(PSE-PSOE)   Txiki Benegas            19
(HB)             Iñaki Esnaola             13 (ausentes durante toda la legislatura)
(EA)             Carlos Garaikoetxea   13
(EE)             Juan María Bandrés      9
(AP - PL)      Julen Guimón              2
(CDS)           Jesús María Viana        2



Y no entro en ello, pero como ejemplo del grado de presión al que se llegaba desde parte del nacionalismo, ETA consiguió la paralización de la central nuclear de Lemoniz en 1984 tras dos asesinatos, en 1981 y 1982.

¿No está claro a que sector de la sociedad había que defender e integrar? Por si alguien aun lo duda, a quienes discrepaban de la ideología nacionalista y a quienes se quisiesen hacer cosas no acordes a sus estrategias. Pero no, no es estos a quienes se apoyó. 

Y conste que esto lo digo contra la frase de Pedro Sánchez. No contra la figura de Txiki Benegas que no conozco en detalle pero de la que tengo buena impresión. Que era de los que empujaban a favor de la convivencia y la democracia.

Resumo la pieza histórica:
El autor: Felipe González
El objetivo: la presidencia del gobierno
La estrategia: Laminar al PP en País Vasco y, sobre todo, Cataluña (25% del electorado nacional)
El modo: Interiorizar el "estigma de lo español" y el sometimiento al nacionalismo como una forma de "sacrificio por la integración".


P.S.3: (30 Agosto 2015) Aunque, quede claro, a día de hoy la posición de Felipe González respecto de los nacionalismos, por ejemplo respecto de la deriva secesionista de CDC, es claramente constructiva, no como antaño. Y se agradece.


Un ejemplo en el artículo de Felipe González que publicó ayer El País:

A los catalanes



La propuesta que hace Junts pel Sí, esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta” para Cataluña. Rompiendo la legalidad, nadie que tenga la obligación de cumplir la ley va a negociar nada

Hace casi dos décadas que salí de la presidencia del Gobierno de España. No tengo responsabilidades institucionales ni de partido. He recuperado la sencilla condición de ciudadano, aunque en todo momento comprometido con nuestro destino común. Por ese compromiso con España, espacio público que compartimos durante siglos, me dirijo a los ciudadanos de Cataluña para que no se dejen arrastrar a una aventura ilegal e irresponsable que pone en peligro la convivencia entre los catalanes y entre estos y los demás españoles.
Siempre he sentido gratitud por vuestro apoyo permanente y mayoritario para la tarea de gobierno. Siempre, incluso cuando este apoyo era declinante en el resto de España. Y gracias a esta sintonía he podido representaros con orgullo, como a todos los españoles, en Europa, en América Latina y en el mundo. Con vuestra confianza hemos progresado juntos, durante muchos años, superando la pesada herencia de la dictadura, consolidando las libertades, sentando las bases de la sociedad del bienestar y reconociendo, como nunca antes en la historia, la identidad de Cataluña y su derecho al autogobierno.
He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados: reconociendo la diversidad como una riqueza compartida y no como un motivo de fractura entre nosotros. Para mí, España dejaría de serlo sin Cataluña, y Cataluña tampoco sería lo que es separada y aislada.
La idea de “desconectar” de España, como propone Artur Mas, en un extraño y disparatado frente de rechazo y ruptura de la legalidad, tendría unas consecuencias que deben conocer todos:


He creído y creo que estamos mucho mejor juntos que enfrentados
— Desconectarían de una parte sustancial de la sociedad catalana, fracturándola dramáticamente. Ya se siente esa fractura en la convivencia, y se empiezan a oír voces de rechazo a los que no tienen “pedigrí” catalán. Esos ciudadanos catalanes se sienten hoy agobiados porque se está limitando su libertad para expresar su repudio a esta aventura, porque le niegan o coartan su identidad —catalana y española— que viven como una riqueza propia y no como una contradicción.
— Desconectarían del resto de España, rompiendo la Constitución, y por ello el Estatuto que garantiza el autogobierno, y la convivencia secular en este espacio público que compartimos. En el límite de la locura, empiezan a ofrecer ciudadanía catalana a los aragoneses, valencianos, baleares y franceses del sur. Hemos pasado épocas de represión de las diferencias, de los sentimientos de pertenencia, de la lengua, pero desde hace casi cuatro décadas, con la vuelta de Tarradellas, entramos en una nueva etapa de reconocimiento de la diversidad y de construcción del autogobierno más completo jamás habido en Cataluña.



— Desconectarían de Europa, aislando a Cataluña en una aventura sin propósito ni ventaja para nadie. ¿Imaginan un Consejo Europeo de 150 o 200 miembros en la ya difícil gobernanza de la Unión? Porque ese sería el resultado de la descomposición de la estructura de los 28 Estados nación que conforman la UE. ¿Imaginan al Estado francés cediendo parte de su territorio para satisfacer este nuevo irredentismo? Nadie serio se prestará a ello en Europa y, menos que nadie, España, que tanto luchó por incorporarse y participar en la construcción europea, tal como es, con su diversidad y, por cierto, con el máximo apoyo de Cataluña.
— Desconectarían de la dimensión iberoamericana (que tanto valor y trascendencia tiene para todos) y especialmente de Cataluña porque este vínculo se hace a través de España como Estado nación y de la lengua que compartimos con 500 millones de personas —el castellano—, como saben muy bien los mayores editores en esta lengua, que están en Barcelona.


El desgarro en la convivencia que provoca la aventura de Mas afectará a nuestro futuro
Naturalmente afirman lo contrario: “Solo queremos desconectar de España”. ¿De qué España? ¿La que excluye también Aragón, Valencia y Baleares? Los responsables de la propuesta saben que lo que les estoy diciendo es la verdad, si se cumpliera ese “des-propósito”. En realidad tratan de llevaros, ciudadanos de Cataluña, a la verdadera “vía muerta” de la que habla Mas, en un extraño “acto fallido”.
Vivimos en la sociedad más conectada de la historia. La revolución tecnológica significa “conexión”, “interconexión”, todo lo contrario a “desconexión”. Cada día es mayor la interdependencia entre todos nosotros: españoles de todas las identidades, europeos de la Unión entre 28 Estados nación, latinoamericanos de más de 20 países, por no hablar de nuestros vecinos del sur o del resto del mundo. Pregunten a sus empresas, las que crean riqueza y empleo por esta desconexión.
La propuesta que hace esa extraña coalición unida solo por el rechazo a España, sea cual sea el resultado de la falseada contienda electoral, puede ser el comienzo de la verdadera “vía muerta”. ¿Cómo es posible que se quiera llevar al pueblo catalán al aislamiento, a una especie de Albania del siglo XXI? El señor Mas engaña a los independentistas y a los que han creído que el derecho a decidir sobre el espacio público que compartimos como Estado nación se puede fraccionar arbitraria e ilegalmente, o que ese es el camino para negociar con más fuerza. Comete el mismo error que Tsipras en Grecia, pero fuera de la ley y con resultados más graves.
¿Qué pasó cuando se propuso a los griegos una consulta para rechazar la oferta de la Unión Europea y “negociar con más fuerza”? Después de que más del 60% de los griegos lo creyeran, Tsipras aceptó condiciones mucho peores que las que habían rechazado en referéndum, con el argumento, que sabían de antemano, de que no tenían otra salida. ¿Sabían que no había otra salida y engañaron a los ciudadanos?


¿Cómo es posible que se quiera convertir a Cataluña en una especie de Albania del siglo XXI?
Pueden creerme. No conseguirán, rompiendo la legalidad, sentar a una mesa de negociación a nadie que tenga el deber de respetarla y hacerla cumplir. Ningún responsable puede permitir una política de hechos consumados, y menos rompiendo la legalidad, porque invitaría a otros a aventuras en sentido contrario. Todos arriesgaríamos lo ya conseguido y la posibilidad de avanzar con diálogo y reformas.
Eso es lo que necesitamos: reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales sin romper ni la igualdad básica de la ciudadanía ni la soberanía de todos para decidir nuestro futuro común. No necesitamos más liquidacionistas en nuestra historia que propongan romper la convivencia y las reglas de juego con planteamientos falsamente democráticos.
Si la reforma de la ley electoral catalana no ha podido aprobarse porque no se da la mayoría cualificada prevista en el Estatuto, ¿cómo se puede plantear en serio la liquidación del mismo Estatuto y de la Constitución en que se legitima, si se obtiene un diputado más en esa lista única de rechazo? ¿Cómo el presidente de la Generalitat va en el cuarto puesto, como si necesitara una guardia pretoriana para violentar la ley?
Es lo más parecido a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado. Pero nos cuesta expresarlo así por respeto a la tradición de convivencia de Cataluña. El señor Mas sabe que, desde el momento mismo que incumple su obligación como presidente de la Generalitat y como primer representante del Estado en Cataluña, está violando su promesa de cumplir y hacer cumplir LA LEY. Se coloca fuera de la legalidad, renuncia a representar a todos los catalanes y pierde la legitimidad democrática en el ejercicio de sus funciones.
No estoy de acuerdo con el inmovilismo del Gobierno de la nación, cerrado al diálogo y a la reforma, ni con los recursos innecesarios ante el Tribunal Constitucional. Pero esta convicción, que estrecha el margen de maniobra de los que desearíamos avanzar por la vía del entendimiento, no me puede llevar a una posición de equidistancia entre los que se atienen a la ley y los que tratan de romperla.
No creo que España se vaya a romper, porque sé que eso no va a ocurrir, sea cual sea el resultado electoral. Creo que el desgarro en la convivencia que provoca esta aventura afectará a nuestro futuro y al de nuestros hijos y trato de contribuir a evitarlo. Sé que en el enfrentamiento perderemos todos. En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas.

Nota: Soy consciente de que le da la collejilla oficial del PSOE al PP (el inmovilismo...) y resulta curiosa el reconocimiento del beneficio electoral que obtuvo de su estrategia en Cataluña, la que yo califico de laminación del PP  (Siempre he sentido gratitud por vuestro apoyo permanente y mayoritario para la tarea de gobierno. Siempre, incluso cuando este apoyo era declinante en el resto de España.)

P.S.4: Y Durán responde a Felipe:

A Felipe González... y a los españoles

El domingo 30 de agosto, Felipe González publicaba en EL PAÍS su artículo-carta A los catalanes. Le tengo afecto personal y siempre le he agradecido su respeto y atención. Es lógico que no coincidamos en todo. En el propio artículo me parece sobrante la alusión a la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado. Además de poner en bandeja la crítica fácil y permitir fijar la atención en el dedo y no en la luna que este señala, hiere innecesariamente sentimientos de muchos, incluidos los míos. Por cierto, hace menos de un mes que un miembro del Gobierno de Mas dijo que España era como la desaparecida Alemania comunista, y nadie le criticó. Pero las posiciones e ideas del expresidente del Gobierno cuentan en España, en Europa, en América Latina y en otras partes del mundo. De ahí la importancia de sus opiniones sobre el delicado momento que vive Cataluña con la apuesta de una parte de ella por la ruptura y desconexión con España.



Por ello me propongo comentar algunas de sus reflexiones desde el recordatorio de mi genética política. La dimensión de Felipe González hace innecesario recordar la suya. Soy, por encima de cualquier otra circunstancia, alguien formado en las ideas del personalismo comunitario. No hay nación sin personas. Ante todo sitúo la persona, su dignidad y su razón de ser colectiva. Desde esa primera base me siento modestamente orgulloso de haber contribuido aunque sea mínimamente al progreso económico, político y social de Cataluña y de toda España. Una España que me gustaría distinta en muchos ámbitos. Entre otros, desearía que el reconocimiento de la diversidad como riqueza compartida, a la que se alude en el citado artículo, permitiera una plasmación real de su pluralidad nacional, cultural y lingüística. Llevo el proyecto europeo en mis entrañas políticas y precisamente por ello, si antes nunca fui independentista, ahora, cada día que pasa, soy más consciente de las interdependencias a las que Cataluña debe adaptarse desde las interconexiones que impone la globalización.
Y finalmente, y no por ello menos importante, he procurado hacer del diálogo la divisa principal de la política. Felipe González habla en su artículo de entendimiento. Este siempre es necesario y ahora más que nunca. Diálogo, pacto y transacción. Tras la muerte de Franco, ¿no fuimos capaces de entendernos? ¿Estamos ahora en peor posición de salida? Sinceramente, creo que no. Durante años he sumado mi voz a lo que fue Convergència i Unió para reiterar que con la Constitución de 1978 y la aplicación de nuestro primer Estatuto, Cataluña ha vivido los años de mayor progreso económico, social y de autogobierno desde su milenaria existencia. Nunca me he arrepentido de defender y votar ese marco institucional. ¿Ha habido cambios significativos? Sí. No pocos errores de unos y de otros han hecho posible que la situación haya mutado notablemente. Un cambio en el terreno de las realidades. Y también en el de las percepciones a menudo manejadas por los sentimientos y no por la razón.


La voladura del catalanismo moderado que representaba CiU es malo para toda España
Siempre he dicho que nos equivocamos con el nuevo Estatuto. No lo hicimos bien en Cataluña. Fue un error hacerlo sólo con una de las Españas. También el PSOE se equivocó. Ya antes nos equivocamos gravemente al garantizar la última legislatura del presidente Pujol con el apoyo de un PP que tenía mayoría absoluta en las Cortes. Pero el error más grave lo protagonizó el PP con su campaña en contra. Un cúmulo de errores que concluyó con la sentencia del Tribunal Constitucional y especialmente con el sainete vivido en el seno de esa alta magistratura a raíz del bloqueo político para la renovación de algunos de sus miembros. Pero de hecho, y eso es lo que hoy cuenta, en el imaginario catalán sólo permanece la realidad de una sentencia, que la mayoría no ha leído pero ha sido esgrimida como la prueba del algodón de la exclusión y ruptura del marco constitucional.
En este sentido, cobra fuerza la dialéctica acerca de quién dejó a quién: ¿la Constitución a Cataluña o Cataluña a la Constitución? Esto ha sido amplificado en los últimos cuatro años por leyes como la que hizo José Ignacio Wert, procesos de recentralización, discriminación en inversiones y una financiacion injusta. Ahora mismo la reforma exprés otorgando capacidad sancionadora al TC no va a resolver el problema de fondo. Duele en el corazón de quienes buscamos diálogo oír del candidato del PP que se acabó la broma. ¡Por Dios, que no estamos en un salón del viejo Oeste a la espera de quien levanta más la voz! Por eso no puedo permanecer insensible cuando leo elogios al artículo de González de quienes practican el inmovilismo que él denuncia y acuden a los tribunales presentando recursos ignorando que la política no se hace a golpe de sentencias o interlocutorias.


El camino es llegar a reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales
En su carta-artículo, el que fuera presidente del Gobierno advierte de los riesgos y costes de la independencia. Conviene dejar claro —en contra de tesis sostenidas por quienes, instrumentalizando la unidad o la secesión, sólo reconocen efectos adversos para los otros— que la independencia es negativa para todos. ¿Para Cataluña? Sí. ¿Para España? Por supuesto, ¡también! ¡Y para la Unión Europea! Llevo tres años reclamando la atención del presidente del Gobierno en sede parlamentaria advirtiendo que llegaría la Declaración Unilateral de Independencia. Esta no tendrá efectos jurídicos en el marco europeo o internacional, pero sí efectos económicos y sociales para todos. ¿O acaso el repunte de la prima de riesgo sólo afecta a los catalanes? Todos los españoles deberían exigir diálogo de sus gobernantes, que es lo que Felipe González llama entendimiento. Hace pocos meses los independentistas aplaudieron una declaración del Parlamento de Dinamarca sobre Cataluña. Simplemente instaba al Gobierno de Cataluña y al del Estado a dialogar democráticamente y llegar a un acuerdo. Ese y sólo ese es el camino: llegar a reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales.
Felipe González no cree en la ruptura de España. Tampoco yo creo que Cataluña se rompa. Pero sí me preocupa el desgarro en una y otra. Y el que se produzca entre ambas. Nos conviene una masa crítica que orille a la insignificancia a quienes desde España hacen irresponsablemente votos para que los catalanes se vayan de una vez y a quienes, desde Cataluña, desprecian al resto. La voladura del catalanismo moderado que representaba Convergencia i Unió es una mala noticia para toda España. Por eso, algunos, contra viento y marea, intentamos reducir al máximo posible el alcance de la orfandad.
Lamentablemente, confrontar Cataluña con España o a esta con Cataluña da réditos electorales. Sólo veo una manera de avanzar, y es superando la ignorancia en este debate. E ignorancia no es no conocer o saber de las cosas: la ignorancia que permite esos réditos es la que no quiere conocer o saber esas cosas. A Felipe González y a todos los españoles incumbe acabar con ella.

Josep Antoni Duran i Lleida es presidente del Comité de Govern d'Unió.


Si me tengo que quedar con una frase... que sea esta: "Siempre he dicho que nos equivocamos con el nuevo Estatuto. No lo hicimos bien en Cataluña. Fue un error hacerlo sólo con una de las Españas. También el PSOE se equivocó. "
En realidad el apoyo acrítico del PSOE a los nacionalismos desde la Transición ha podido resultarles beneficioso en términos de poder (escaños...) pero a cambio ha facilitado que su discurso se pervirtiese. Como a alguien a quien se le ríen todas las gracias, los nacionalistas han ido cayendo en conductas cada vez menos democráticas y respetuosas con el diferente. Algo negativo para cualquiera que quiera valorarse y ser valorado.



P.S.5: La Tercera Vía es una estrategia basada en aceptar el diagnóstico nacionalista inicial. Espero que Unió no se deje encandilar por este enésimo espejismo del PSOE. La verdadera solución vendrá de dejar el diagnóstico victimismta, no por tomarlo en vaso pequeño. Unió ¿es posible un nacionalismo alegre y de gobierno?


16 comentarios:

  1. El problema de Europa es que es una confederación. No un país. Y al tener la soberanía en cada Estado que lo compone, un gobierno local puede amenazar con romper la conferecación siempre que quiera.

    Terreno abonado para los populismos destructivos como el de Syriza ahora.

    Creo recordar que ese es el ideal de Durán para España. Una confederación.

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  2. Como dice Pedro Sánchez, es un drama que CDC se haya lanzado al extremismo destructivo (secesión unilateral)
    Pero yo también resaltaría que es esperanzador que Unió haya decidido hacer honor a su nombre y busque la concordia y la democracia en vez de la secesión.
    http://pajobvios.blogspot.ro/2015/06/ha-nacido-la-nacionaldemocracia-en.html

    Respecto de la necesidad que ve (Pedro Sánchez) de que los nacionalistas participen del gobierno en España... mucho me temo que el PSOE esté aun con su tradicional cóctel de distorsiones. Si quiere catalanes participando del gobierno, ahí tiene a Albert Rivera. Si lo nacionalistas también quieren, bienvenidos. Pero no es necesario. Es mejor que migren hacia posiciones democráticas tipo Durán que incorporarlos mientras buscan el abismo social y económico como Mas.

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  3. Leo en LV que El pleno del ayuntamiento de la localidad del Baix Llobregat aprueba adherirse a la Associació de Municipis per la Independència... con el apoyo del PSC.
    http://www.lavanguardia.com/politica/20150724/54434110290/tension-castelldefels-partidarios-detractores-independencia-catalunya.html

    Si el lío actual viene del cóctel de distorsiones con que el PSOE emborrachó a la sociedad desde la Transición... no es extraño que el PSC aun haga de barman de vez en cuando. Pero es una pena y no da confianza en el el sentido de la responsabilidad del PSOE.

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  4. Leo en El País un artículo sobre un catalán, cineasta, que ha rodado opiniones de la gente por bares de toda España.
    http://politica.elpais.com/politica/2015/07/24/actualidad/1437761248_862672.html
    El independentista que dejó de serlo delante de la barra de un bar
    Joan Planas ha recorrido España para conocer qué piensan los ciudadanos de la cuestión territorial catalana

    /***/
    Al final concluye que algo les une, que todos están igualmente hartos del gobierno"que la gente estaba descontenta con el Gobierno, como lo estaba yo".

    Yo creo que unos cuantos bares más y pierde también la manía a los de derechas. Si en el fondo es todo cuento de los políticos. Que saben que los odios y las revanchas nos enganchan, como con las novelas, y nos venden esas motos de qué malos son los nacionalistas, los de izquierdas o los de derechas. Pero son milongas, cuentos para ganar público, para ganar votantes.

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  5. El PP catalán ha elegido de candidato a Zavier García Albiol.
    Muy bien. Demuestran que no quieren someterse a arrinconamiento tradicional (Tinell)
    Sin complejos, sin preocuparse por mostrar flancos, sin vivir disculpándose por existir.
    Una buena elección para el PP.

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  6. ¿Quien "fabrica" independentistas?
    La Generalidad a través de los instrumentos de propaganda disponibles como TV3, escuelas... y con el apoyo del PSOE.
    La conjunción de Gobierno (CiU / PNV) y oposición (PCS / PSE), ambos dando por incuestionable la propaganda nacionalista, ha sido imprescindible para fabricar una opinión pública independentista. Propaganda sin contrapeso, uniforme y constante en el tiempo, sin contestación.

    Esa pregunta es fácil. Y lo de que los fabrica el PP por dar respuestas no nacionalistas es una excusa obvia.

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  7. Buscar que el TC no solo interprete la ley sino que además su interpretación se aplique... creo que es de cajón. Para eso es la ley, no una opinión más.

    Y respecto del artículo de FG... Es cierto que la comparación con el fascismo/nazismo es dura y exagerada. Pero el resto del mensaje es correcto. Y aunque no lo justifique no olvidemos que desde el nacionalismo y e radicalismo de izquierdas están constantemente tachando de franquista a quien se opone. Así que queda en una simple chapuza demasiado utilizada por todos.
    No es la frase a seguir del discurso de F.G. Ni esa ni la collejita al PP sobre supuestos inmovilismos.

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    1. Puedo compartir que parece apresurada la modificación del TC y son cosas en las que conviene el acuerdo con la oposición. Ya que el TC es una parte importante de la estructura del Estado. Pero no es en todo caso una extensión del Gobierno. Es una atribución para que una parte del Estado, el TC, pueda cumplir su función.

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    2. Para Herzog, abogado de profesión, lo que plantea el PP es, incluso, inconstitucional, y para ello cita el artículo 117.3 de la Carta Magna, en el que se establece que la potestad jurisdiccional "corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales determinados por las leyes".
      ¿incluso?

      Esta vez comparto más el editorial de El País. Estas cosas hay que sacarlas intentando el acuerdo y no de forma repentina como quien se saca un conejo de la chistera. Y menos acompañado de un "se va a acabar la broma" y en sede del partido.

      La oposición del PSOE... pues será negativa también. No es un tema para entrar a la confrontación PP-PSOE. Ya podría aparecer alguien sensato.

      ¿Demasiada gente pescando en río revuelto?

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    3. Me da que quizá el PP haya buscado descolocar a la oposición. Sacando una buena medida pero de una forma precipitada y brusca. Entonces UPyD, Cs y PSOE estarían cayendo en un error al oponerse. Adoptando una estrategia de oposición por electoralismo cortoplacista. Dejando al PP como le gusta estar, como el único que defiende las posiciones sensatas y constructivas.

      No sé, no sé... no hay quien mire la política cuando se acercan las elecciones. Se vuelve absurda y sucia.

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  8. Leo una entrevista a Felipe Gónzalez hoy en La Vanguardia.

    Vaguedades. ¿Qué significa "reconocimiento como nación"? ¿Una cuestión de mera imagen? ¿cambios reales? ¿Confederación?

    Y esa constante tendencia a llamar fascista al prójimo. Ahora le toca al PP ("Los que no estuvieron a favor de la Constitución"...)

    Quien quiera saber cómo hemos llegado a esto... solo tiene que leer a Felipe. Sigue siendo el mismo pescador en aguas revueltas de siempre. Queriendo jugar con unos y otros, enfrentándolos e intentando auparse en medio.

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    1. Imagino que el objetivo de Felipe es radicalizar a nacionalistas contra el PP (hay que reconocer a Cataluña como nación en la Constitución) y al PP contra los nacionalistas (los nacionalismos parecen los fascismos de los años 30)

      Y así conseguir que el PSOE lidere al ser el único que puede pactar con los otros dos...
      Una variante de la vieja táctica de laminar al PP en zona nacionalista.

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    2. También puede estar queriendo hacer "un favor" a Susana Díaz.
      Llevando al PSOE de Pedro Sánchez a posiciones absurdas e insostenibles.

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    3. El PSOE ha cegado durante décadas a los nacionalistas a base de darles la razón. Ya vale.
      ¿No toca ya decir la verdad, que no hay ningún agravio ni injusticia que reparar?

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  9. Acabo de leer la carta "A los españoles" de Artur Mas, Romeva y Junqueras publicada en El País. Es de vergüenza ajena.
    http://elpais.com/elpais/2015/09/05/opinion/1441473386_212454.html

    ¿Una carta de amor despechado? ¿Va en serio? ¿No hay límite en la fantasía publicitaria?

    Había empezado a contar los halagos hacia Cataluña y las críticas dedicadas a España. Pero me estaba quedando con todo el texto, así que lo he dejado. No hay por donde cogerlo. Da vergüenza pensar que respondemos a semejantes teclas.

    Eso no es la Cataluña de Ferran Adriá. Ni siquiera de la hamburguesa. Es una Cataluña de gominolas y los polvos pica-pica. Pero ¡es que son los que gobiernan! ¡con eso se maneja a la gente!

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  10. Pitar a Piqué... son cosas del fútbol. En eso yo prefiero el tenis. No aprecio las excusas para desahogarse siendo desagradable e irrespetuoso. Aunque el individuo se haya podido ganar el enfado (como a veces Djokovic)

    Pitar a un nacionalista... me parece entrar a su juego. Ellos lo hacen porque viven de un pretendido enfrentamiento entre catalanes y españoles. Así que cuando ellos son desagradables les beneficia, ya que les hace más verosímil el imaginario enfrentamiento. Y cuando alguien es desagradable con ellos... también les beneficia, muestra enfrentamiento.

    Para mi esto es parecido a lo que le algunos achacan a Rajoy. Una cosa en no ceder o realizar una crítica equilibrada (aunque sea dura) y otra entrar al trapo de una escalada de gestos que beneficia [también] a los partidos nacionalistas. De hecho porque Mas ya se ha hartado de esperar, pero al principio no hacía más que poner trapos a Rajoy a ver si embestía.

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